
Carlos Treviño, exdirector de Pemex, detenido en EU: será deportado a México tras cinco años prófugo en el caso Odebrecht
La noticia llegó en la voz de la presidenta Claudia Sheinbaum, pero cargaba consigo cinco años de espera. Carlos Treviño Medina, exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), fue detenido el 13 de agosto en Estados Unidos después de haber evadido a la justicia mexicana desde 2021. La mandataria confirmó que será deportado a México en los próximos días para responder ante tribunales por los sobornos del caso Odebrecht, el expediente de corrupción que aún sacude al país.
“Finalmente se encuentra y va a ser deportado en los próximos días. Tiene que llevar su juicio en México”, dijo Sheinbaum en su conferencia desde Palacio Nacional, con el énfasis de quien sabe que detrás de esas palabras se arrastra una historia de corrupción, fugas y acusaciones cruzadas.
Un hombre en la cúpula de Pemex
Treviño Medina llegó a la dirección general de Pemex en noviembre de 2017, en el último tramo del gobierno de Enrique Peña Nieto. Antes había sido director corporativo de administración, el puesto que controla los contratos y las finanzas de la empresa más importante del Estado.
Su gestión fue corta, apenas un año, pero suficiente para quedar ligado al expediente que marcó un sexenio. Según la Fiscalía General de la República, recibió más de 4 millones de pesos en sobornos de Odebrecht a través de su filial Braskem. Los pagos estaban vinculados al proyecto Etileno XXI, un complejo petroquímico en Veracruz que la empresa brasileña logró asegurar bajo condiciones ventajosas.
El nombre de Treviño empezó a repetirse en los documentos judiciales a partir de una fuente inesperada: Emilio Lozoya Austin, su antecesor en Pemex.
La acusación de Lozoya
En 2020, tras su captura en España y extradición a México, Lozoya decidió colaborar con la justicia. En sus declaraciones, colocó a Carlos Treviño en el corazón del entramado de sobornos. Lo señaló directamente de haber recibido pagos ilegales y de operar a favor de Odebrecht.
La mención no era ligera: Lozoya, ya procesado, era la pieza clave que alimentaba nuevos cargos contra exfuncionarios de alto nivel. Así, Treviño quedó bajo la lupa, sumado a las carpetas judiciales donde ya aparecían los nombres de políticos y ejecutivos que habían pasado por los despachos más altos del sexenio.
El quiebre de 2021
La historia dio un giro en septiembre de 2021, cuando Treviño fue citado a una audiencia judicial en el Centro de Justicia Federal del Altiplano. No acudió. Esa ausencia provocó que un juez federal librara en noviembre de ese año una orden de aprehensión en su contra.
Desde entonces, su nombre fue colocado en la lista roja de Interpol, lo que significaba que podía ser detenido en cualquier país miembro del organismo. México solicitó su extradición formal. Pero el exfuncionario desapareció.
Durante cinco años, no se supo públicamente dónde estaba. En expedientes judiciales figuraba como “sustraído de la acción de la justicia”. En la narrativa política, era ejemplo de impunidad.
La captura en Estados Unidos
El 13 de agosto de 2025, cinco años después de que México pidiera su captura, autoridades estadounidenses lo localizaron y detuvieron. No hubo imágenes filtradas ni despliegues espectaculares. La noticia se conoció hasta la mañana siguiente, cuando Sheinbaum lo confirmó en su conferencia.
“Ayer se detuvo a un exdirector de Pemex, que era parte de las alertas que existían y es bueno; lo van a deportar y será juzgado aquí en México por temas de corrupción”, declaró la mandataria.
La presidenta agregó que pedirá a la FGR dar a conocer todos los delitos imputados y reconoció la colaboración de Estados Unidos, aunque advirtió que espera acciones más contundentes contra la corrupción transnacional.
Lo que espera en México
La deportación de Carlos Treviño abrirá un proceso judicial esperado desde hace años. Apenas aterrice en México, será puesto a disposición de un juez federal. Enfrentará cargos por sobornos, asociación delictuosa y lavado de dinero.
De ser hallado culpable, podría enfrentar décadas de cárcel y sanciones patrimoniales. Para el gobierno, es la oportunidad de enviar un mensaje contra la corrupción estructural. Para la justicia mexicana, es la prueba de si podrá procesar a quien estuvo en la cima de Pemex en los años más oscuros de su historia reciente.
Una captura que cierra un ciclo, abre otro
El nombre de Treviño fue sinónimo de poder en la petrolera, pero desde este jueves queda inscrito en otra lista: la de los funcionarios que deberán responder ante la justicia mexicana por el caso Odebrecht.
La detención no borra los años de fuga, pero marca un giro en una historia de corrupción que parecía inacabable. Desde la mañana en que Sheinbaum lo anunció, el caso dejó de ser un pendiente y pasó a ser un proceso inevitable.
La caída de Carlos Treviño, tras cinco años prófugo, cierra una fuga, pero abre un juicio. El segundo exdirector de Pemex en enfrentar a la justicia por Odebrecht ya está en camino de regreso a México.