
El especialista comentó que debido a las elevadas concentraciones de plomo, bario, cadmio, cobre, estaño y níquel; para el 20250 este hábitat podría desaparecer ante la destrucción actual y la inacción para prevenir este mal.
“Es el ecosistema más extenso que tenemos en el Golfo de México, está formado por más de 50 arrecifes, geológicamente bien desarrollados. En Veracruz, se ha encontrado bajo el impacto de las actividades humanas prácticamente desde tiempos prehispánicos”, señaló.
Los totonacas que vivían en la zona, relató, hacían uso de sus recursos y, aunque no se tienen registros escritos al respecto, se sabe que había focas, manatíes y cocodrilos en estos espacios.
Al explicar la problemática, el experto dijo: “Con la construcción de la ciudad y el puerto de Veracruz, y la última ampliación que se está haciendo desde hace cinco años, el impacto es mayor, sobre todo sumado a las actividades agropecuarias e industriales realizadas en el continente, que vierten desechos hacia las cuencas y por los ríos llegan hasta la zona costera”.
Además de la contaminación directa al mar, son afectados por las descargas de los ríos Jamapa, Papaloapan, Actopan y La Antigua, cuya influencia llega hasta el puerto. “Eso ha hecho que disminuya la cobertura coralina; es decir, de los organismos que construyen el arrecife. Tenemos documentado desde 1966 hasta la fecha una caída de cerca del 40 por ciento de la cobertura coralina”, subrayó.
Hay zonas de los arrecifes que se encuentran altamente impactadas porque los corales fueron sustituidos por macroalgas, asociadas al aumento en el contenido de nutrientes, fenómeno denominado cambio de fase, refirió.
Con información de la UNAM.