Un caso que pone en duda y cuestionamiento las declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre su gobierno y del movimiento autodenominado “Cuarta Transformación”, pues mientras ellos aseguran que su Ejército, a diferencia de lo que ocurría en los gobiernos pasados del PRI y PAN, no masacra a la población y sigue una política de “Abrazos, No Balazos”, este caso expone lo contrario.
La tragedia ocurrió el pasado 6 de mayo, aproximadamente a las 2:30 de la tarde en una carretera a las afueras de la cabecera municipal de Badiraguato en Culiacán, Sinaloa. Mientras supuestamente una familia transitaba por la vialidad y repentinamente se vieron involucrados en una balacera.
Autoridades del estado fueron los primeros en relatar una versión de los hechos, donde ellos mencionaron que la camioneta de la familia quedó en medio del fuego cruzado durante un enfrentamiento con el crimen organizado, momento en el cual dos menores de edad, Leidy de 11 y Alexa de 7 años fueron alcanzadas por las balas y fallecieron al instante.
Sin embargo, familiares de las niñas y sobrevivientes del ataque negaron y rechazaron esta versión de inmediato, declarando que los soldados dispararon contra ellos, sin encontrarse en medio de algún enfrentamiento armado.
Según los testigos del incidente “La camioneta topó con el comando militar y ellos dispararon”, en total el vehículo recibió 119 balazos por parte de 13 militares del 42º Batallón de Infantería, con sede en Guamúchil.
Actualmente hay dos investigaciones por dicho ataque, una comandada por la Fiscalía General de Justicia Militar y otra por la Fiscalía General de la República. En la primera se les acusa a los militares del delito de “desobediencia en actos de servicio”, mientras que el en el segundo el vocero de la Fiscalía General de la República solamente ha mencionado que “la investigación sigue en curso”.
Ya han pasado más de 6 meses desde lo ocurrido y aún no hay una explicación del incidente, ni castigo para los responsables del ataque.
En un país donde no se ataca de frente o con mano dura al crimen organizado y sin embargo la población es víctima de ataques armados por parte de las autoridades.