Era predecible… El presidente López Obrador no iba a aceptar que cometió violencia política de género y la razón es una sola… Su misoginia… Y los hombres misóginos y poderosos como él, ven una afrenta en cualquiera que se atreva a cuestionar su comportamiento… A lo largo de estos cinco años hemos tenido diversas muestras de la misoginia del Presidente… La más evidente fue cuando puso enormes vallas en Palacio Nacional en la víspera de las manifestaciones del 8-M de años pasados… El Presidente se amuralló ante el grito legítimo de las mujeres… Y ayer, su misoginia tuvo escenario nuevamente en Palacio Nacional… Pero toda esta historia comenzó el 11 de julio, cuando Xóchitl Gálvez lo denunció por violencia política de género, luego de que el Presidente acusara que un grupo de hombres como el empresario Claudio X. González y el expresidente Vicente Fox estaban detrás de las aspiraciones presidenciales de Gálvez… Así, como acostumbra, entre descalificaciones y sin evidencia, se pasó de largo algo que no se le puede menospreciar a Xóchitl Gálvez: es una mujer con mucho oficio político… A la denuncia de la panista, el INE resolvió que el reclamo era improcedente… Pero ella apeló y el caso llegó hasta el Tribunal Electoral y ahí, entonces hubo un revés… Los magistrados electorales concluyeron que el Presidente sí había cometido violencia política de género contra Xóchitl Gálvez… Y entonces ordenaron al INE revisar nuevamente el caso… Finalmente el viernes pasado, el Instituto emitió medidas cautelares contra el Presidente, entre ellas bajar cuatro conferencias matutinas y abstenerse de volver a incurrir en violencia política por razones de género… Y la explicación del Tribunal fue muy clara: las declaraciones del Presidente contra Gálvez pretenden transmitir la idea de que sus aspiraciones políticas no se sustentan en sus méritos y trayectoria, sino en la decisión de un grupo de hombres… Eso Presidente, es violencia política en razón de género…