
El Gobierno de México rechazó la violencia que se registró ayer en la puerta del Campo Militar número uno de la Secretaría de la Defensa Nacional los estudiantes de la normal rural Isidro Burgos de Ayotzinapa en Guerrero lanzaron petardos, derribaron la puerta, y prendieron fuego a un camión.
La titular del Ejecutivo federal, Claudia Sheinbaum Pardo, reprobó por completo el actuar del movimiento Ayotzinapa… la presidenta en un discurso que se ha escuchado ya en la cuarta transformación, ofreció verdad y justicia.
Los padres de los normalistas de Ayotzinapa iniciaron una jornada de protestas en compañía de los estudiantes normalistas que exigen justicia por sus 43 compañeros desaparecidos hace 11 años.
Han pasado dos regímenes políticos que han prometido justicia por el apoyo del movimiento pero los mismos políticos los dejan en el camino en su lucha, una lucha que ya expone un coraje que el Gobierno subestima.
El sobreviviente del caso Ayotzinapa, el hoy diputado de morena, Manuel Vázquez Arellano, habló, luego de pasar años sin hablar tanto sobre el tema… ahora por fin expuso un proyecto desde el poder legislativo con el fin de que haya justicia.
En tanto, Vidulfo Rosales, el ex abogado de los padres de los 43 normalistas, dejó el caso y ya no volvió a hablar hasta hoy de él, los padres caminan con uno solo defensor legal, en busca de 800 documentos que tiene el Ejército.
Los padres dicen que ahí, en esos documentos hay información importante que daría una pista sobre un lugar en donde habría parte de los 43 estudiantes desaparecidos.
Se trata de conversaciones en donde supuestos militares y criminales dialogan sobre los lugares en donde irían a asesinar y a tirar los cuerpos de los estudiantes.
Esos documentos han sido exigidos durante años: la verdad histórica estaría completamente derribada con estas conversaciones, pues los estudiantes no estarían incinerados, sino que estarían en algún sitio del país pero hasta el momento esas son hipótesis.
Las versiones oficiales exponen que los estudiantes fueron secuestrados, torturados, luego asesinados e incinerados y tirados en el basurero de Cocula en Guerrero pero los padres insisten en que esta versión histórica, sea verdad.
Han pasado 11 años desde que los padres se enteraron de que sus hijos habían sido desaparecidos y que esto podría haber sido en complicidad con el gobierno, sin embargo, aún no hay evidencias sólidas que señalen que esto fue por completo un crimen de Estado.
Los padres exponen que no han tenido avances por lo que las movilizaciones serán más intensas: mientras que el gobierno de la cuatro té, asegura que habrá verdad y justicia.