Gustavo Petro el actual presidente de Colombia sorprendió a su país con el discurso que dio en una conferencia de prensa el pasado 23 de diciembre, pues declaró lo siguiente: “que esta navidad no se matara a nadie por lo menos, ojalá se cumpla esa orden presidencial”.
Este mensaje inmediatamente generó debate en redes sociales pues se le cuestionó al mandatario sobre la eficacia de un discurso como técnica para intentar disminuir la situación de violencia que se vive en el país actualmente.
El Presidente también aprovechó el momento para expresar sus deseos de paz para los ciudadanos, enfatizando en el hecho de mantener la violencia a la baja durante el siguiente año, pues Petro anunció que para el 2026 su gobierno efectuará un plan de paz que contempla cinco zonas de intervención territorial.
En las áreas que serán intervenidas se trabajará en llevar a cabo la legalización de actividades como la extracción de oro y la entrega de tierras a comunidades campesinas, con la finalidad de disminuir la violencia que se relaciona con las economías ilícitas.
Además argumentó que el problema actual no se debe a las distintas ideologías, sino en la codicia y el control de economías ilegales que han desembocado en los asesinatos realizados en el país.
Por otro lado, reconoció que su gobierno ha enfrentado dificultades para convertir las economías ilegales en actividades legales, en parte por el contexto internacional. Incitando a los colombianos a unirse en el esfuerzo de convertir al país en uno más seguro para todos.
Esta “orden presidencial” con la que se incita a la no violencia, formará parte de una serie de iniciativas para fortalecer la convivencia y reducir los homicidios en Colombia durante estas festividades.
Sin embargo vale la pena reflexionar si esta acción es la adecuada o la mejor que puede realizar el gobierno para mantener la vida de sus ciudadanos a salvo; pues si se pide “no matar en navidad”; de qué manera se asegurará la situación de paz en Colombia tras finalizar estas festividades.