El expresidente Andrés Manuel López Obrador, regresó a la conversación nacional luego de dar a conocer su nuevo libro al que tituló “GRANDEZA”. Según el expresidente, en este trabajo se busca reivindicar a los pueblos originarios del México antiguo, a la civilización negada, porque, a pesar de los pesares, sigue siendo una potencia cultural en el mundo.
Hasta ese momento todo era muy políticamente correcto, presentó su trabajo de investigación histórica, pero luego cambió el tono e hizo lo que ya acostumbra: lanzarse contra la oposición y acusar que existen campañas en contra de la 4T.
Pero ¿qué sería de López obrador sin Felipe Calderón?. El expresidente morenista habló sobre sus datos de desigualdad en México.
Con estos dichos, López Obrador dejó de lado lo que un día prometió, que fue retirarse de la vida pública una vez que su mandato concluyó. Él insistió en que está dejando que la presidenta Claudia Sheinbaum lleve a cabo su mandato sin un sombra que la opaque, es decir, sin la figura del exmandatario.
Pero el resultado al parecer no fue el esperado. A la primera oportunidad, los medios dieron las primeras planas al expresidente y hasta la propia Sheinbaum le ha dedicado varios minutos y al menos dos conferencias a hablar sobre su predecesor.
Y cómo no hacerlo si aquí viene el fondo de esta reaparición. López Obrador advirtió sobre un posible regreso a la vida pública y política en caso de que su movimiento se vea golpeado, que se vulnere, a sus ojos, la democracia, y que existan acciones que pongan en evidencia un posible golpe de estado contra la presidenta. Es decir, sacó el pecho por la mandataria.
Y ¿cuál fue la respuesta desde Palacio Nacional? Pues más de lo mismo, desde su óptica, lo importante es el libro y reiteró que el pueblo de México respalda el proyecto iniciado por López Obrador.