A seis días del asesinato de su esposo, el alcalde Carlos Manzo, Grecia Itzel Quiroz García asumió este miércoles la presidencia municipal de Uruapan.
Lo hizo sin estridencias, sin discursos largos, pero con la fuerza de quien carga el peso de una ciudad que no ha terminado de llorar.
Su nombramiento fue aprobado por unanimidad en el Congreso del Estado de Michoacán. Los diputados reconocieron la propuesta enviada por el cabildo municipal y, con ello, hicieron oficial lo que para la mayoría de los uruapenses ya era un hecho simbólico: que el legado de Manzo no quedaría suspendido en el aire.
Grecia, madre de dos hijos y esposa del alcalde asesinado el pasado 1 de noviembre, fue designada para concluir el periodo 2024–2027. En su discurso, pronunciado el domingo frente al Palacio Municipal, conmovió a miles al prometer que su esposo “hubiera sido el mejor presidente de México” y que su lucha no morirá.
Ese día, con el rostro firme y la voz entrecortada, pidió a los uruapenses no rendirse: “Él dio la vida por la paz y por ustedes; ahora a nosotros nos toca mantenerla viva”.
Desde entonces, su figura se ha convertido en símbolo de resistencia. No es política de carrera, no tiene experiencia en gobierno ni militancia partidista visible. Hasta hace una semana, su nombre apenas aparecía en los registros públicos. Pero en cuestión de días, la historia la colocó al frente del municipio más violento de Michoacán.
Originaria de Uruapan, Grecia Quiroz se dedicaba al ámbito privado antes del asesinato de su esposo. Cercanos a la familia la describen como una mujer reservada, trabajadora y profundamente devota de su familia. Desde que ocurrió el atentado, ha mantenido un tono conciliador y ha llamado a evitar enfrentamientos o actos de violencia.
El lunes, a través de una transmisión en vivo, pidió a la ciudadanía “no responder con odio” y recordó que “a Carlos no le hubiesen gustado las protestas violentas”. En ese mensaje —que se viralizó en redes— dijo que “la mejor manera de honrarlo es seguir trabajando, en paz, unidos”.
Ese gesto, tan distinto al de los discursos políticos tradicionales, fortaleció su imagen como una mujer firme pero empática. Una viuda que convirtió el dolor en propósito.
La sesión del Congreso de Michoacán que formalizó su designación fue breve, solemne. El dictamen de la Comisión de Gobernación la nombró presidenta municipal sustituta por el resto del periodo constitucional. Al momento de tomar protesta, Grecia vistió de negro, con un moño blanco en la solapa, y alzó la mano derecha con la misma serenidad con la que ha enfrentado los últimos días.
No hubo aplausos desbordados ni discursos partidistas. Solo respeto.
En el documento oficial, los legisladores destacaron que “la señora Grecia Itzel Quiroz García cumple con los requisitos de elegibilidad y cuenta con el respaldo social necesario para dar continuidad a la administración municipal”.
En Uruapan, la reacción fue inmediata. Colectivos ciudadanos, organizaciones empresariales y estudiantes expresaron su apoyo a la nueva presidenta municipal. En la plaza Morelos, el mismo sitio donde Manzo fue asesinado, algunos vecinos colocaron una manta: “Grecia, no estás sola”.
Durante el acto protocolario, la nueva alcaldesa recordó las palabras de su esposo en su último discurso público: “El pueblo es más fuerte que el miedo”.
Y con esa frase cerró su primer mensaje como mandataria local, comprometiéndose a “gobernar con el corazón y con el ejemplo que dejó Carlos”.
Su llegada al cargo ocurre en un momento de tensión para Michoacán, donde la violencia política ha cobrado la vida de al menos siete funcionarios municipales en el último año. Pero su tono, lejos de la confrontación, parece apuntar hacia la reconstrucción. “La paz no se implora —dijo—, se trabaja todos los días, con hechos”.
Esa postura le ha ganado reconocimiento incluso entre quienes no compartían la línea de su esposo. En redes sociales, cientos de mensajes destacaron su serenidad y su llamado al orden. “Una mujer fuerte, valiente y con visión de paz”, escribió una de las seguidoras del Movimiento del Sombrero, agrupación ciudadana que impulsó la candidatura de Manzo.
La historia de Grecia Quiroz es, en el fondo, la de una mujer que no pidió estar ahí, pero que decidió no retroceder.
Una madre que no buscó el poder, pero que terminó heredando una causa.
Una ciudad que le responde con el mismo silencio con el que despidió a su alcalde.
Y un país que, entre la violencia y la esperanza, observa cómo Uruapan intenta levantarse… una vez más.