La diputada panista Kenia López Rabadán, presidenta de la Cámara de Diputados, hizo un llamado a escuchar las demandas de los jóvenes que participaron en la marcha de la llamada “Generación Z” el pasado 15 de noviembre. Para López Rabadán, la movilización juvenil no sólo representa un reclamo puntual, sino un “parteaguas” en la política nacional, con la fuerza de lo que ella considera una exigencia legítima de miles de jóvenes que piden seguridad, justicia y un futuro digno.
En su posicionamiento público, la legisladora subrayó que el Estado mexicano debe respetar los derechos fundamentales de los manifestantes: la libertad de expresión, la reunión pacífica y la manifestación. Además, anunció la apertura de mecanismos institucionales para que los jóvenes puedan expresar sus iniciativas y propuestas.
López Rabadán fue enfática además en rechazar que las protestas se criminalicen. En conferencia de prensa, exigió que no se trate a los manifestantes como delincuentes. “No se debe criminalizar a la generación Z”, repitió, argumentando que los jóvenes requieren “esperanza, escuelas, transporte de calidad, seguridad” y oportunidades para desarrollarse, no cárceles.
El detonante de la marcha fue el malestar general frente a la inseguridad, la violencia y la corrupción en el país. Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum ha cuestionado la autenticidad de la protesta, acusando que se trata de un acto de la oposición política y sugiriendo que hay una estrategia para instrumentalizar a jóvenes en beneficio de partidos contrarios.
Para López Rabadán, mientras algunos actores buscan sancionar a los manifestantes, ella propone una vía de diálogo institucional, en la que los jóvenes no queden al margen. La apertura que plantea no es sólo simbólica, sino concreta: correos para proponer iniciativas, comisiones para escuchar, y una invitación a participar en el diseño de políticas públicas.
El desafío ahora será convertir ese impulso callejero en propuestas institucionales sólidas y transformadoras. Los jóvenes han alzado la voz, queda por ver si el Congreso, a través de la Cámara de Diputados, realmente escucha con apertura y responde con acciones concretas.