Queda la duda de si el esquema de producción estatal es el más adecuado ante un panorama de globalización y colaboración tecnológica como el que México tiene enfrente… Sin embargo, también es cierto que la energía puede ser vista como un derecho que el Gobierno debe garantizar y que, por lo tanto, a diferencia de otros bienes o servicios, demanda reglas muy particulares para operar… Esperemos que haya un diálogo sustantivo entre los legisladores, los científicos, las empresas productoras de energía y las autoridades de otras naciones… Porque, más allá de las banderas políticas, el Gobierno tiene que darle abasto de energía limpia, barata y eficiente a la población… Sobre todo, en materia energética, los ojos de México deben estar puestos en el futuro de innovación y no en un pasado que todos los países del mundo han luchado por superar…