
Miles de ciudadanos venezolanos han respondido al llamado del presidente Nicolás Maduro para sumarse a la Milicia Bolivariana, una fuerza compuesta por civiles adscrita a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), en medio de crecientes tensiones con Estados Unidos.
Empleados públicos, amas de casa y jubilados forman largas filas frente a plazas y edificios públicos en Caracas y otras ciudades del país, en un proceso de registro que se extenderá durante este y los próximos fines de semana. Uno de los principales centros habilitados para la inscripción se encuentra en el palacio presidencial de Miraflores.
El mandatario venezolano promovió esta convocatoria como parte de una estrategia de defensa ante lo que califica como una “amenaza” de intervención por parte de Washington. En paralelo, el gobierno de Estados Unidos anunció el despliegue de tres destructores lanzamisiles en aguas internacionales cercanas a las costas venezolanas, como parte de lo que asegura son operaciones contra el narcotráfico.
La oposición y críticos del gobierno advierten que la Milicia Bolivariana, creada en 2008, mantiene una fuerte carga ideológica y sirve como instrumento de respaldo político al oficialismo. Sin embargo, el Ejecutivo la presenta como una expresión del “pueblo en armas”, dispuesto a defender la soberanía nacional.