
En una fábrica abandonada en el oeste de Ucrania —apodada la “Kill House Academy”—, miembros de cárteles mexicanos y colombianos habrían aprovechado la experiencia bélica para formarse en el uso de drones kamikaze y tácticas modernas de combate, con la intención de aplicar esos conocimientos en sus operaciones criminales en América. Esta información fue revelada por el medio The Telegraph.
La presencia de esos individuos en filas de la Legión Internacional salió a la luz después de que una alerta de inteligencia mexicana llegara a las autoridades ucranianas en julio. Entre los casos señalados por la investigación está el de un ex integrante de fuerzas especiales mexicanas, identificado como “Águila 7”, que según The Telegraph no habría sido un voluntario cualquiera, sino un miembro del cártel de Los Zetas enviado a Ucrania para perfeccionar el manejo de drones ofensivos.
La investigación atribuye parte del problema a la debilidad en los procesos de verificación de la Legión Internacional —formada por voluntarios extranjeros tras el inicio de la invasión por parte de Rusia bajo la presidencia de Volodímir Zelenski—, lo que, según la fuente, facilitó la infiltración de elementos con antecedentes criminales.
Para los cárteles, la atracción de la tecnología FPV (primera persona) es clara: permite guiar explosivos con precisión, realizar labores de vigilancia, ejecutar ataques dirigidos y facilitar el contrabando de mercancía. Alexander Marciniak, analista de inteligencia latinoamericana de la firma Sibylline, citado por The Telegraph, advirtió que los grupos criminales pueden emplear drones tanto contra sus rivales como contra fuerzas de seguridad.
En la publicación citan a un funcionario de seguridad en Kiev, el cual asegura que Ucrania se ha convertido en una plataforma para la difusión global de tácticas FPV.
Los reportes señalan además que los cárteles no se limitan a incorporar técnicas: reclutan exmilitares colombianos para sumar experiencia táctica y, en el caso del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), existiría incluso una unidad especializada en drones identificada como “Operadores Droneros”.
El impacto de esa transferencia tecnológica ya se deja ver en México. De acuerdo con The Telegraph, el empleo de drones armados por parte de grupos criminales pasó de incidentes aislados en 2020 a más de 40 ataques mensuales en 2023.