Este miércoles de Navidad, la industria musical mexicana se llenó de tristeza tras el fallecimiento de la cantante Dulce, a los 69 años, debido a complicaciones derivadas de una pulmonía. Entre las muchas memorias y relaciones que definieron su trayectoria, una de las más emblemáticas fue su amistad con Lucía Méndez. Sin embargo, esta relación, que duró más de cuatro décadas, sufrió una ruptura irreversible en años recientes, dejando huella tanto en sus vidas como en sus seguidores.
Dulce y Lucía Méndez fueron más que compañeras de escenario; fueron comadres en el sentido más profundo. Méndez incluso fue madrina de la hija de Dulce, lo que subrayó la fortaleza de su vínculo. Compartieron numerosos proyectos artísticos y se apoyaron mutuamente tanto en sus carreras como en sus vidas personales. A pesar de ello, algo ocurrió que cambió el curso de su relación para siempre.
El punto de quiebre se dio durante la grabación de la segunda temporada de "Siempre Reinas", un reality show de Netflix estrenado en marzo de 2024. En esta producción, ambas compartieron pantalla junto a figuras icónicas como Lorena Herrera, Olivia Collins y Rosa Gloria Chagoyán. El programa no solo capturó su vida diaria y profesional, sino que también fue escenario del inicio de su distanciamiento.
Como parte de la promoción del show, las artistas lanzaron la canción "Ando en el Top", compuesta por José Luis Roma de Río Roma. Sin embargo, lo que parecía ser una colaboración simbólica entre amigas terminó rodeado de tensiones.
El detonante del conflicto llegó cuando el vidente Jorge Flores mostró a Dulce una serie de mensajes, tanto de voz como de texto, en los que, supuestamente, Lucía Méndez hablaba despectivamente sobre ella. Según los audios, Méndez habría cuestionado tanto el talento como los orígenes de Dulce. Al confrontar la situación, Méndez negó rotundamente las acusaciones, argumentando que los mensajes eran falsificaciones generadas con inteligencia artificial.
Dulce, sin embargo, no dio crédito a esta explicación, lo que derivó en una confrontación abierta. Declaraciones posteriores revelaron su desencanto. Dulce aseguró que no extrañaba la amistad perdida y criticó a Méndez por lo que consideraba una falta de autenticidad respecto a su edad y forma de ser. Por su parte, Lucía lamentó la situación, insinuando que terceros habían orquestado el distanciamiento.
La ruptura entre ambas artistas acaparó titulares y dividió opiniones entre los admiradores, quienes vieron en este desencuentro una lamentable pérdida de la hermandad que las había unido. A pesar de las diferencias, el fallecimiento de Dulce abrió una ventana al recuerdo y al perdón.
Lucía Méndez dejó atrás cualquier resentimiento y dedicó un emotivo mensaje para despedir a su amiga:
"Mi corazón está lleno de tristeza, hoy se fue una querida amiga, una hermana del alma que compartió conmigo momentos inolvidables, compañera de aventuras y risas. Nuestra amistad siempre permaneció en mi corazón y sé que en el suyo también."
Añadió:
"Aunque su cuerpo ya no esté con nosotros, su espíritu y su memoria vivirán por siempre en mí, en sus seres amados y en su público que siempre la apoyó hasta el final. Descansa en paz, te extrañaremos siempre, sé que un día nos volveremos a encontrar."
El legado de Dulce, tanto en la música como en las relaciones humanas, quedará grabado en la memoria de México. Su voz y su arte permanecerán como un recordatorio de una época dorada, mientras que su complicada relación con Méndez servirá como un ejemplo de las complejidades de la amistad en el mundo del espectáculo.