El rostro de Dua Lipa ya no aparece solo en portadas de discos o campañas de moda... y es que ahora, ha presentado DUA, su primera marca de cuidado facial, desarrollada junto a Agustinus Bader, una reconocida empresa alemana, destacada por su trabajo en regenerar células.
El anuncio lo hizo sin necesidad de un espectáculo o evento masivo: Tres productos. Una idea. En el promocional, la cantante británica se dejó ver sin maquillaje y bajo una luz blanca que dejaba ver cada trazo de su piel.
El proyecto no nació en una reunión de marketing, sino en un laboratorio y es que durante tres años, la artista colaboró con el equipo científico de Bader en la creación de una especial tecnología usada en tratamientos clínicos. El objetivo era reducir pasos de aplicación sin perder eficacia.
De ahí surgió una rutina de tres piezas orientada a pieles jóvenes y de uso diario, sin fragancia y con certificación dermatológica.
Hoy, DUA se posiciona en un precio estimado de venta que ronda los 40 a 85 dólares, una franja inédita para Bader, cuya línea clásica supera los 200. Es, en términos de negocio, la primera vez que la marca abre este segmento de precios con una figura de talla internacional.
La salida de DUA fue tan contenida como precisa. No hubo desfiles ni conferencias; solo una actualización en la web de la marca y un aviso en las redes sociales de la cantante.
Así, en menos de dos días, las preventas cerraron con productos agotados. En Londres, los primeros paquetes se acabaron antes del mediodía del jueves; en París, las listas de espera duplicaron las previsiones y en Nueva York, los lotes piloto desaparecieron en cuestión de horas. Además las tiendas reportaron llamadas continuas, la mayoría de clientas que nunca habían comprado un producto de Augustinus Bader, pero querían “probar el de Dua”.
En entrevistas, la cantante relató cómo empezó todo: una gira, un cambio constante de clima, la piel resentida por el maquillaje y los vuelos largos.
“Buscaba algo que no me dejara la cara ardiendo después de cada show”, contó.
Ese malestar se transformó en curiosidad y la curiosidad, en un encuentro con los científicos de Bader. Desde entonces, pasaron tres años de pruebas hasta llegar a tres fórmulas estables.
“No quería otra línea con mi nombre, quería una que sirviera”, dijo con esa frialdad de quien sabe lo que quiere sostener.
El socio era inevitable: Augustinus Bader, el médico e investigador que previamente había construido un sistema de regeneración celular que la industria llevaba años observando. Su alianza con Dua Lipa significó un giro interno: aplicar la misma ciencia a una rutina corta, de uso diario y accesible, sin perder rigor. En la práctica, era la primera vez que una figura del pop ingresaba a un laboratorio no para posar, sino para participar en la creación de una fórmula.
El día del lanzamiento solo hubo una frase breve: “Tres pasos. Todos los días.” No era un eslogan. Era una instrucción, la misma que ella sigue cada mañana antes de salir del hotel. Sin música, sin luces. Solo el gesto cotidiano de lavarse la cara, aplicar el suero y cerrar con la crema. Esa simplicidad —tan distinta del marketing habitual— terminó por definir el tono de la marca.
En general, este nuevo proyecto permanece bajo su total control directo, igual que la música o la moda: misma disciplina, distinto lenguaje.