El crimen organizado volvió a golpear la zona aguacatera de Michoacán. Esta vez, la víctima fue Alfonso “N”, agricultor de 53 años que murió tras la explosión de una mina terrestre mientras trabajaba en su huerta, en la comunidad de Plan del Cerro, municipio de Cotija.
Eran aproximadamente las 11:00 de la mañana cuando el estruendo se escuchó en la ladera. El suelo se levantó en un golpe seco y el cuerpo de Alfonso cayó entre ramas y tierra suelta. Sus compañeros corrieron. Lo hallaron vivo, con una pierna destrozada y heridas graves. Lo trasladaron al Hospital del IMSS-Bienestar en Los Reyes. Murió horas después.
Su nombre quedó asentado como víctima de una modalidad que ha alcanzado parcelas y brechas rurales: explosivos de fabricación artesanal. Personal del Ejército Mexicano y de la Fiscalía General del Estado llegó al sitio y acordonó la huerta. El perímetro fue revisado por zapadores y peritos; se aseguró material compatible con un artefacto activado por presión.
De forma preliminar, las autoridades ubican el punto del incidente en un corredor agrícola en disputa por el crimen organizado, ubicado entre Cotija, Tocumbo y Los Reyes. Ahí, los soldados avanzaron con precaución mientras los pobladores observaban a distancia mientras la Fiscalía de Michoacán abrió carpeta por homicidio y uso de artefactos explosivos.
El Ejército desplegó personal especializado para descartar más dispositivos en parcelas cercanas. El caso recuerda al 04 de mayo pasado, cuando seis militares murieron en una explosión similar en los límites de Tepalcatepec y Aguililla. Desde entonces se reforzaron patrullajes.
En tanto, el cuerpo de Alfonso ya fue entregado a sus familiares tras las diligencias ministeriales. No hubo información oficial de actos públicos ni suspensión de actividades productivas; la autoridad municipal se limitó a confirmar la coordinación con fuerzas federales y la continuidad de los recorridos de vigilancia.