
El heredero en medio de la tormenta
El futuro del Cártel de Sinaloa ya no se decide en voz del mítico Ismael “El Mayo” Zambada, sino en manos de su hijo Ismael Zambada Sicairos, mejor conocido como “El Mayito Flaco”. Con 42 años de edad, bajo perfil durante décadas y un historial criminal documentado por la DEA, el tercero de los hijos varones del Mayo se ha convertido en el nuevo rostro de la facción conocida como La Mayiza.
Su ascenso ocurre tras la confesión pública de su padre en una corte de Brooklyn, donde aceptó haber dirigido durante 50 años una red criminal global, pagar sobornos a policías, militares y políticos en México, y traficar más de 1.5 millones de kilos de cocaína hacia Estados Unidos. Pero más allá de la cadena perpetua dictada en su contra, lo que marcó la audiencia fue la multa récord de 15 mil millones de dólares, una cifra que colocaría al capo en el nivel de los hombres más ricos de México y el mundo.
Mientras El Mayo se despide entre rejas, su hijo carga con el legado, el poder y la guerra interna que amenaza con desangrar a Sinaloa.
¿Quién es el Mayito Flaco?
Nacido en 1982, fruto de la relación de El Mayo con María del Refugio Sicairos Aispuro, el Mayito Flaco creció dentro de los círculos del cártel bajo una estrategia de discreción: nada de lujos ostentosos en redes sociales ni apariciones públicas. La DEA lo describe como un hombre de 1.75 metros de estatura, 79 kilos de peso, cabello y ojos marrones.
En 2013, la Corte Federal del Distrito Sur de California lo acusó de participar en una empresa criminal continua (CCE) y de conspiración para importar cocaína, metanfetamina y marihuana a Estados Unidos. En junio de 2023, fue declarado “fugitivo de la semana” por la DEA… y es que de acuerdo con su ficha de búsqueda, autoridades advierten que se encuentra armado y que es extremadamente peligroso.
Asimismo, el bajo perfil que guardó por años, siguiendo la línea de su padre, le permitió evadir la justicia… todo, al tiempo que sus hermanos enfrentaban procesos judiciales y acuerdos con fiscales estadounidenses… él por su parte se mantuvo siempre en la sombra, construyendo alianzas y acumulando poder.
Una familia fracturada
El clan Zambada tiene varios herederos potenciales, pero ninguno con la proyección de Zambada Sicairos.
- Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, fue arrestado en 2009 y terminó como testigo protegido en EE. UU. Hoy vive bajo identidad reservada.
- Ismael Zambada Imperial, El Mayito Gordo, fue sentenciado en California y liberado en 2022 bajo condiciones estrictas que lo mantienen fuera de México.
- Serafín Zambada Ortiz, el “narcojunior”, fue detenido en 2013 y liberado en 2018; reside en EE. UU. sin presencia criminal visible.
Todos quedaron fuera de la línea directa de sucesión. Solo el Mayito Flaco, prófugo y en operación activa, concentra hoy el liderazgo de la Mayiza.
Los aliados del heredero
Documentos de la Sedena y reportes de la DEA señalan que Zambada Sicairos controla células armadas como Los Rusos, Flecha MZ, La Sombreriza y Los Cazadores. También mantiene el respaldo de operadores clave como Poncho Limón, Jesús Alexandro Sánchez Félix “El Ruso”, y Óscar Manuel Gastélum Uribe “El Músico”.
El Triángulo Dorado (Sinaloa, Durango y Chihuahua) es su bastión. Desde ahí coordina envíos hacia Canadá, Sudamérica y múltiples estados de Estados Unidos. Su red está diseñada para resistir embates militares y para contrarrestar la ofensiva de sus principales rivales: Los Chapitos.
La guerra contra Los Chapitos
La caída del Mayo y su supuesta entrega por parte de Joaquín Guzmán López desató un conflicto abierto. La DEA y reportajes de investigación señalan que Los Chapitos planearon, incluso desde prisión, la captura de Zambada García como un movimiento de traición para reducir a la facción mayista.
Hoy, Culiacán y varias ciudades de Sinaloa se encuentran en estado de tensión constante. Bloqueos, enfrentamientos y desapariciones forman parte de la pugna entre La Mayiza y Los Chapitos. Tropas de la Sedena, la Marina y la Guardia Nacional han sido desplegadas, pero no logran sofocar del todo la violencia.
El objetivo inmediato de Los Chapitos, según fuentes consultadas por periodistas especializados, es capturar al Mayito Flaco y ofrecerlo como pieza de negociación ante el gobierno estadounidense.
La multa histórica al Mayo
El destino del heredero se cruza con el peso de la fortuna criminal de su padre. Durante la audiencia en Brooklyn, el juez Brian Cogan impuso una multa de 15 mil millones de dólares a Ismael Zambada.
Ese monto, estimado a partir del valor de las drogas traficadas y del lavado de dinero documentado, supera la fortuna de magnates mexicanos como María Asunción Aramburuzabala y Alejandro Baillères (9,000 millones cada uno). Según el listado Forbes 2025, ubicaría al Mayo como el tercero más rico de México, solo detrás de Carlos Slim (82,500 millones) y Germán Larrea (28,600 millones).
En el ranking mundial, su fortuna ficticia lo colocaría junto a empresarios como James Dyson (15,900 millones).
Aunque la sanción es principalmente simbólica y rara vez se recupera íntegra, marca un hito: es la multa más grande jamás impuesta a un capo mexicano. Supera la de El Chapo Guzmán (12,600 millones) y la de El Menchito (más de 6,000 millones).
De mito intocable a juicio en Nueva York
El 25 de julio de 2024, una avioneta Beechcraft descendió en Santa Teresa, Nuevo México. Ahí fue capturado El Mayo en circunstancias aún rodeadas de versiones contradictorias: algunos dicen que se entregó, otros que fue traicionado por Los Chapitos.
Trasladado a Nueva York, enfrentó 17 cargos de narcotráfico, conspiración, homicidio y lavado de dinero. Su abogado, Frank Pérez, cerró la confesión con la frase: “La información de El Mayo, se queda con El Mayo”, confirmando que no colaborará con EE. UU. ni señalará a políticos, militares o socios.
El fin de una era
La confesión del Mayo en Brooklyn marcó el cierre de cinco décadas de poder criminal. Pero también abrió un nuevo capítulo: el del hijo que toma el mando en medio de una guerra interna.
El Mayito Flaco, ahora heredero visible del imperio, enfrenta una cacería doble: la de Los Chapitos y la de las agencias de seguridad de Estados Unidos. Con la guerra desatada en Sinaloa, su nombre se ha convertido en el nuevo epicentro del narcotráfico en México.
Mientras el padre aguarda sentencia definitiva el 13 de enero de 2026, el hijo libra en las calles y montañas la batalla por mantener vivo un legado que parece condenado a repetirse entre generaciones.