
La desaparición de Perla Yajaira Ortega Muñoz y José Ángel Vázquez García, ambos trabajadores del sector salud, ha reavivado el dolor y la incertidumbre de decenas de familias que a diario claman justicia y respuestas en Zacatecas. Sus casos llegaron hasta la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, durante su reciente visita al estado, donde los familiares de ambos enfermeros, acompañados por ciudadanos, exigieron su aparición con vida.
La desaparición de Perla Yajaira
El primer caso fue el de Perla Yajaira Ortega Muñoz, enfermera del IMSS, con quien se tuvo contacto por última vez el 18 de julio. De acuerdo con las primeras investigaciones, la mujer de 31 años transitaba por el tramo carretero Picones–El Orito, en la capital zacatecana, rumbo a su comunidad de origen, El Chique, municipio de Tabasco, donde planeaba pasar el fin de semana con su hijo. Nunca llegó a su destino.
La denuncia formal fue presentada por sus padres el 21 de julio, fecha en la que se activó el Protocolo ALBA, mecanismo estatal de búsqueda urgente para localizar a mujeres desaparecidas.
La ficha de búsqueda detalla que Perla mide 1.68 metros, es de complexión robusta, tez blanca, cabello negro quebradizo y largo, con ojos color café oscuro y cejas pobladas. Entre sus señas particulares se mencionan varios tatuajes: un paisaje en el pecho, figuras en el brazo, en el pulgar izquierdo y en el antebrazo derecho.
El secretario general de Gobierno de Zacatecas, Rodrigo Reyes Mugüerza, confirmó públicamente que el caso se investiga como privación ilegal de la libertad, asegurando que la fiscalía estatal cuenta con una línea de investigación sólida y que los avances han sido compartidos de manera reservada con la familia.
Durante la visita oficial de la presidenta Sheinbaum Pardo a Zacatecas, mientras supervisaba una Unidad de Especialidades Médicas en Guadalupe, los padres de Perla, Raúl Ortega y Blanca Muñoz, encabezaron una manifestación pacífica y lograron entregar personalmente una carta a la mandataria, rogando encarecidamente su intervención.
El caso de José Ángel Vázquez
Apenas un día después, el 19 de julio, se reportó la desaparición de José Ángel Vázquez García, técnico en salud adscrito al IMSS. Fue visto por última vez en el municipio de Guadalupe.
La ficha de búsqueda difundida por la fiscalía señala que José Ángel tiene 1.75 metros de estatura, tez morena y complexión robusta. Entre sus tatuajes se encuentran un tigre en la mano izquierda, una pantera y un lobo en el antebrazo izquierdo, así como un león y la silueta de tres personas en el antebrazo derecho. También presenta una cicatriz en el abdomen.
El día de su desaparición vestía playera blanca, chamarra negra, pantalón de mezclilla negro, tenis negros y gorra negra.
Al igual que en el caso de Perla, se abrió una carpeta de investigación y la hipótesis principal apunta a que se trató de un hecho violento.
La respuesta de las familias
Desde ese momento, ambas familias viven entre la angustia, la desesperación y el desconcierto. Han realizado manifestaciones pacíficas y conferencias improvisadas para mantener vigente la exigencia de justicia.
Los familiares de José Ángel, aunque han mantenido mayor discreción, insisten en que la búsqueda debe intensificarse. “Seguiremos buscando hasta encontrarlo. José Ángel es un hombre de trabajo, dedicado a su familia. No vamos a descansar hasta que regrese”, expresó un primo del enfermero.
Una crisis que no da tregua
Los casos de Perla Yajaira y José Ángel se suman a la crisis de desapariciones en Zacatecas, una de las entidades más golpeadas por la violencia y la impunidad en los últimos años, según han señalado organismos civiles y autoridades.
La Mesa de Construcción de Paz del Estado asegura que mantiene operativos de búsqueda tanto en la capital como en Guadalupe, extendiéndolos a municipios como Fresnillo y Ojocaliente.
Habitantes de la zona y personal del sector salud se han unido a las labores de búsqueda, mientras compañeros de trabajo de ambos continúan difundiendo sus fichas en redes sociales. Entre la esperanza y el dolor, sus familias repiten la misma consigna: “No descansarán hasta encontrarlos”.