
La atención médica en el estado de Morelos enfrenta una crisis sin precedentes, luego de que varios hospitales integrados al programa IMSS-Bienestar suspendieran el servicio de anestesia, indispensable para la realización de cirugías y procedimientos médicos especializados.
La interrupción se derivó del fin del contrato con la empresa proveedora del servicio, el pasado 16 de septiembre, lo que provocó el retiro inmediato de personal, equipos y suministros relacionados con la anestesiología en diversas unidades hospitalarias de la entidad.
La situación fue dada a conocer por el Sindicato de Trabajadores de la Salud de Morelos a través de un documento que comenzó a circular en redes sociales. En él, se advierte que la capacidad de los hospitales para atender emergencias quirúrgicas y otras intervenciones médicas quedó severamente limitada, afectando directamente a la población que depende del sistema público de salud.
Según el sindicato, esta fue también la razón principal por la que decidieron no participar en el desfile conmemorativo del 16 de septiembre. La medida simbólica buscó llamar la atención sobre la gravedad del problema y exigir soluciones urgentes por parte de las autoridades de salud.
“La suspensión del servicio de anestesia pone en riesgo la vida y la integridad de los pacientes. No podemos operar, no podemos atender partos con cesárea ni emergencias quirúrgicas. Es un escenario alarmante”, señala el comunicado sindical.
Hasta el momento, ni el IMSS ni el Gobierno del Estado han emitido un posicionamiento oficial sobre el rompimiento del convenio ni sobre las medidas que se tomarán para restablecer el servicio.
Organizaciones civiles y profesionales de la salud han solicitado una intervención inmediata para evitar que la crisis se prolongue y derive en consecuencias fatales para los pacientes que requieren atención urgente.