
La Guardia Secreta de La Luz del Mundo es una organización que podría ser catalogada como un grupo criminal por las acciones que se le atribuyen: secuestros, intimidación de testigos, abuso sexual y control interno coercitivo, todo supuestamente en nombre de Dios. Desde hace años su existencia circulaba en testimonios, investigaciones periodísticas y audiencias judiciales en Estados Unidos. Esta semana, en un predio agrícola de Vista Hermosa, Michoacán, las sospechas pasaron del rumor a los hechos con la detención de 38 hombres presuntamente entrenando tácticas militares en un campo improvisado en los límites con Jalisco. Según sus declaraciones, se estaban preparando para lo que describieron como el fin del mundo.
Todo, bajo la bandera de una fe que hoy está en el banquillo de los acusados. Al principio, el predio parecía un auténtico narco campamento, más aún porque en la región hay presencia confirmada del Cártel Jalisco Nueva Generación. Esto llamó la atención de habitantes cercanos que alertaron a las autoridades.
Fue el polvo de una brecha agrícola lo que marcó el inicio del operativo. Patrullas estatales, unidades militares y elementos de la Guardia Nacional cerraron el paso entre los invernaderos hasta llegar al terreno. Allí, los 38 hombres vestidos en tonos oscuros, portando equipo táctico y réplicas de armas largas sostenidas como si fueran reales, se entregaron sin intención de huir.
Lo que siguió quedó registrado en videos que hoy forman parte de la investigación. El número de personas llamó la atención por sí mismo, sumado a sus declaraciones: todos se identificaron como miembros de la Iglesia La Luz del Mundo y como integrantes de una guardia de protección conocida como “Jahzer”.
Al ser interrogados sobre sus funciones, sus respuestas fueron claras: entrenamientos táctico-operativos para dar seguridad a líderes, templos, casas y eventos de la congregación. Nada más.
Sin embargo, el inventario y los objetos asegurados abrieron dudas. Una pistola calibre 9 milímetros, además de 19 armas réplica de rifles y pistolas tipo escuadra. También había cuchillos, radios de comunicación y, como pieza logística, un camión de pasajeros Mercedes-Benz con el que, de acuerdo con las investigaciones, se habrían trasladado al lugar.
Un dato obligó a la coordinación consular: uno de los 38 detenidos es ciudadano estadounidense. El resto, según reportes estatales, provenía de Jalisco, Nayarit, Estado de México, Guerrero y Michoacán. Todos fueron trasladados a la delegación de la FGR en Morelia, donde quedaron a disposición por la posesión del arma real y, eventualmente, por uso exclusivo del Ejército si se confirma el aseguramiento de una segunda arma real.
La audiencia federal, anticipada por fuentes estatales, fue programada para el viernes, sujeta al calendario de la Fiscalía y del juzgado. El expediente podría crecer si se abren líneas paralelas por delincuencia organizada, secuestro, abuso sexual, pederastia, homicidio o desaparición, como sugieren hipótesis ministeriales en curso.
Respecto al grupo autodenominado Jahzer, la historia señala que se trata de un cuerpo de protección que, según testimonios de exintegrantes, víctimas y fuentes consultadas en investigaciones periodísticas, se encarga de resguardar a la familia Joaquín, sus propiedades y la seguridad en eventos multitudinarios. No es una empresa de seguridad formal ni figura en padrones oficiales. Son feligreses voluntarios, dicen algunos, mientras otros lo consideran una célula de choque con tareas de seguimiento, control interno y espionaje rudimentario.
Su antecedente inmediato se remonta a los tiempos de Samuel Joaquín, padre de Naasón Joaquín García, cuando existió la llamada “Guardia de Jericó”, nombrada así por la calle Jericó en la Hermosa Provincia de Guadalajara, sede de la congregación. Aquella guardia era menos discreta y más doméstica. Con los años, la logística escaló con la expansión de la Iglesia y sus concentraciones. Testimonios periodísticos describen traslados, adiestramiento físico, uso de radios, tácticas de escolta, protocolos de acceso en templos y estadios, además de una jerga interna: “el jefe”, sin el título de “apóstol”, para referirse a Naasón. El pago, según varios entrevistados, no existía, pues se consideraba una bendición servir.
El operativo en Vista Hermosa coincide con el proceso judicial que enfrenta Naasón Joaquín García en Nueva York. El líder mundial de La Luz del Mundo se declaró no culpable ante una nueva acusación federal por conspiración de crimen organizado, tráfico sexual y explotación infantil. Todo se suma a su condena previa en California de casi 17 años por abuso sexual de menores, dictada en 2022.
Los delitos presuntamente cometidos van aún más allá. Los fiscales federales abrieron otro frente: una red activa en México y Estados Unidos, con cómplices cercanos como su madre, Eva García de Joaquín, de 79 años, y su sobrino, Joram Núñez Joaquín, de 37. En esa narrativa judicial apareció otro nombre sensible: Silem García Peña, vocero de la Iglesia, también requerido por las autoridades y actualmente prófugo.
La Iglesia, por su parte, ha calificado los cargos como infundados, mentirosos y calumniosos, además de denunciar persecución contra las familias líderes y miembros.
Mientras tanto, la defensa probable de los 38 detenidos sostiene un panorama simple: no había armas de asalto reales; eran réplicas. No hubo disparos, amenazas ni víctimas. Su adiestramiento, aseguran, era para cuidar a la feligresía.
Ahora en Morelia, corresponde a la FGR definir cargos por la pistola 9 milímetros y precisar la naturaleza de cada objeto asegurado. Si el tribunal valida la hipótesis de arma de uso exclusivo, el caso escalará en gravedad; si no, quedará en posesión simple.
La historia no termina aquí. Faltan nombres, edades, peritajes y resoluciones. Falta, sobre todo, que una autoridad defina sin fisuras qué es y qué no es Jahzer.