Durante septiembre de 2024, los precios globales de los alimentos aumentaron un 3% en términos reales respecto al mes anterior, según el índice de precios de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). Este fue el aumento más pronunciado en 30 meses, impulsado principalmente por el alza en los precios de productos como el aceite (4.6%), los lácteos (3.8%), y el azúcar, que registró un salto del 10.4%. La FAO señaló que las condiciones climáticas adversas que afectaron la producción agrícola fueron un factor clave detrás de este incremento.
El índice de la FAO mide la variación promedio de cinco grupos de alimentos: cereales, aceites, lácteos, carne, y azúcar. A lo largo de los meses anteriores, los precios se mantuvieron en niveles fluctuantes, principalmente debido a factores como las guerras comerciales, las restricciones a la exportación de alimentos y el impacto de eventos meteorológicos extremos, como sequías e inundaciones, que comprometieron la oferta global.
Uno de los productos más afectados fue el azúcar, cuyo precio se disparó 10.4% debido a las malas condiciones meteorológicas en los principales países productores como Brasil e India. Las lluvias excesivas y las sequías afectaron las cosechas, generando escasez y elevando los precios en los mercados internacionales.
En cuanto a los aceites, el precio del aceite de palma, el aceite de soja y el aceite de girasol experimentó un aumento importante debido a una menor producción en los países productores clave del sudeste asiático. Las interrupciones logísticas y la incertidumbre en los mercados energéticos, como resultado de conflictos geopolíticos, también influyeron en el aumento de los costos de los aceites vegetales.
El sector lácteo, por su parte, también vio un repunte significativo, con un aumento de 3.8% en sus precios. Las interrupciones en las cadenas de suministro y la disminución de la producción en Europa y Oceanía contribuyeron a este aumento, lo que elevó el costo de productos básicos como la leche en polvo y el queso.
El informe de la FAO advirtió que las perspectivas para los precios de los alimentos seguirán dependiendo en gran medida de factores como el cambio climático, la estabilidad geopolítica y las decisiones políticas en torno a la exportación e importación de alimentos. También señalaron que la alta volatilidad en los precios podría continuar a medida que los países lidian con las consecuencias de estos factores.
Para los consumidores y productores, este aumento en los precios de los alimentos plantea desafíos significativos. El encarecimiento de los productos básicos podría provocar una mayor inflación, afectando especialmente a los hogares con menores ingresos. Además, los agricultores y ganaderos enfrentan costos más altos de producción, ya que los insumos también se encarecen, lo que podría afectar sus márgenes de ganancia y su capacidad de abastecer de alimentos al mercado global.
Este aumento en el índice de precios de la FAO refleja la continua inestabilidad en los mercados alimentarios mundiales y subraya la importancia de fortalecer la resiliencia de las cadenas de suministro para mitigar los efectos de factores externos, como el clima y la geopolítica, en la oferta y el costo de los alimentos esenciales.