Noviembre siempre se ha ligado al automovilismo en México. No sólo fue el mes en el cual se disputaron los primeros Grandes Premios de Formula 1 en los años 60, sino que se llevaba a cabo La Carrera Panamericana. Juan Manuel Fangio, quien se había coronado campeón mundial de F1 en 1951 y finalizó la temporada de 1953 como subcampeón, viajó a México para la IV edición de La Panamericana, una competencia que formaba parte del Campeonato Mundial de Marcas.
El de Balcarce era parte del equipo Maserati, armadora que no tomó parte en la competencia, por lo que tramitó un permiso especial para competir con la escudería Lancia, al lado de Felice Bonetto, Piero Taruffi, Eugenio Castellotti y Giovani Bracco, quienes eran favoritos, contra el también poderoso equipo Ferrari.
La carrera arrancó el 19 de noviembre, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y finalizó el 23 de noviembre, en Ciudad Juárez, Chihuahua, con un total de 3,077 kilómetros divididos en ocho etapas que peleaban 185 pilotos, en cuatro categorías.
Juan Manuel, famoso por ser un gran estratega, aprovechó la montaña para mantenerse en el grupo puntero en los primeros kilómetros, pero en Puebla sufrió un accidente cuando una de sus ruedas perdió adherencia tras pisar su propio aceite e impactó contra una piedra. A baja velocidad, llegó a Ciudad de México para realizar las reparaciones.
“El Chueco” perdió valiosos cinco minutos, pero aprovechó que el reglamento permitía composturas y el profesional equipo de Lancia le entregó un auto perfecto, con lo que pudo encarar la cuarta etapa, rumbo a León, en un auto sumamente veloz y competitivo.
Fue entonces cuando el campeón mundial de Formula 1 brindó una estupenda cátedra, pues nunca arriesgó de más y cerró la etapa en el liderato general de la clase de Autos Sport de más de 1600cc. Esa noche Fangio confirmó que La Panamericana se ganaría con estrategia y buen ritmo, pero dejando que otros pilotos fueran por los triunfos parciales, los de etapa.
Al llegar a la sexta etapa (Durango a Parral) sólo tres autos de Lancia se mantenían en competencia y Fangio le informó al director del equipo que lo mejor era que no pelearan entre ellos. La estrategia fue perfecta y llegaron a Ciudad Juárez en un histórico 1-2-3 para Lancia, con Juan Manuel al frente, seguido de Taruffi y Castellotti.
El cerebro de Fangio le dio el máximo triunfo de la carrera a Lancia en un hecho sin precedentes, pues el argentino no ganó una sola etapa; pese a ello, sacó más de una hora al primer Ferrari, de Sergio Mancini, quien cerró en cuarto puesto.
“Su talento y calidad siempre serán admirados en el mundo del automovilismo por haber establecido un estándar de excelencia que difícilmente pueda ser igualado”, compartió Eduardo León, presidente honorario de La Carrera Panamericana.
En las celebraciones del aniversario 68 de aquel legendario triunfo y a 70 del primer Campeonato Mundial de Formula 1 del de Balcarce, la Fundación Fangio y el Gran Premio de la Ciudad de México otorgarán un premio sin igual al vencedor de la pole position de la ronda 18 de esta temporada.
Se trata de un casco réplica del utilizado por Fangio en ese primer título. Será el premio para el piloto más veloz en la calificación del Gran Premio Mexicano, que se disputará en el Autódromo Hermanos Rodríguez, del 5 al 7 de noviembre.
Además, los autos de la actual La Carrera Panamericana formarán parte del programa del fin de semana, como carrera soporte del Gran Premio de la Ciudad de México, por tercera ocasión de manera consecutiva. Estas acciones servirán de homenaje a uno de los mejores pilotos de todos los tiempos, y sin duda harán de la ronda mexicana una auténtica F1ESTA del automovilismo latinoamericano.