El legendario Mike Tyson volvió al cuadrilátero este viernes para enfrentar al youtuber y boxeador Jake Paul en el AT&T Stadium, casa de los Dallas Cowboys de la NFL. Aunque el encuentro generó gran expectativa, terminó con una victoria por decisión unánime para Paul tras ocho rounds de dos minutos cada uno. A sus 58 años, Tyson mostró destellos de su habilidad, pero quedó lejos del impacto que tuvo durante su época dorada como campeón de peso pesado.
Lo que más llamó la atención de la pelea no fue el resultado, sino un gesto peculiar de Tyson: morder repetidamente sus guantes durante el combate. Este acto recordó inmediatamente su infame pelea contra Evander Holyfield en 1997, donde mordió la oreja de su oponente dos veces, arrancándole un pedazo de carne y ganándose la descalificación.
Al ser cuestionado por Ariel Helwani al término del encuentro sobre este comportamiento, Tyson respondió de manera directa: “Tengo una fijación con morder”. Esta declaración despertó comentarios humorísticos y especulaciones, con algunos sugiriendo que podría haber sido un intento de autocontrol para evitar morder a Jake Paul.
El gesto de Tyson trajo de vuelta recuerdos de uno de los momentos más controvertidos de la historia del boxeo. En 1997, durante la revancha con Holyfield, Tyson perdió los estribos y mordió a su contrincante en dos ocasiones. Este incidente le costó una multa de 3 millones de dólares, una suspensión de 18 meses y dejó una marca indeleble en su carrera.
Aunque el contexto de esta pelea fue completamente diferente, las mordidas a los guantes de Tyson durante su enfrentamiento con Paul se convirtieron en un tema destacado de la noche.
A lo largo de los primeros rounds, Tyson mostró momentos de calidad, pero con el avance del combate, la ventaja física de Jake Paul, de 27 años, se hizo evidente. Según datos de CompuBox, Paul conectó 21 golpes en los últimos dos rounds, en comparación con solo cuatro de Tyson. Esto fue decisivo para que los jueces otorgaran la victoria unánime al joven boxeador y creador de contenido.
Tyson y Paul pelearon con guantes de 14 onzas, más grandes que los usuales de 10 onzas que se usan en combates de peso pesado. Además, la pelea tuvo una duración reducida, con solo ocho rounds de dos minutos, una decisión que buscaba compensar las diferencias en experiencia y condición física entre ambos.
En la semana previa al combate, Paul no perdió la oportunidad de bromear sobre el incidente de Tyson con Holyfield. Incluso reveló que había mandado a fabricar protectores de orejas con incrustaciones de diamantes, con un valor estimado de 100 mil dólares. “No me los quitaré durante la pelea, estarán ahí por si acaso”, comentó en tono jocoso durante una conferencia de prensa.
La pelea entre Mike Tyson y Jake Paul fue más que un enfrentamiento deportivo; fue un evento cargado de nostalgia, humor y espectáculo. Aunque Tyson no logró llevarse la victoria, su presencia en el ring a los 58 años sigue siendo un testimonio de su legado en el boxeo.
Por su parte, Jake Paul continúa consolidándose como una figura polarizadora en el deporte, combinando su habilidad en el cuadrilátero con su carisma mediático. La velada en Dallas será recordada no solo por el resultado, sino también por los momentos icónicos que evocaron el pasado y marcaron una nueva página en la historia del boxeo espectáculo.