El final de año del Barcelona en la Liga ha sido tan desastroso que resulta complicado señalar una única razón para la debacle. No obstante, si se intenta entender por qué el Barcelona se ha convertido en el equipo vulnerable de la liga española, no se puede pasar por alto la figura de Robert Lewandowski, cuyo desempeño ha dejado de ser el líder que el club esperaba.
Lewandowski, quien fue adquirido en un traspaso millonario desde el Bayern de Múnich en 2022, comenzó la temporada de forma prometedora. Su rendimiento a nivel estadístico fue sólido y, en varios momentos, su capacidad goleadora estuvo a la altura de su estatus. En los primeros partidos, donde los jóvenes como Lamine Yamal y Raphinha mostraron su energía y frescura, Lewandowski se benefició de las excelentes asistencias, marcando goles de calidad, incluso uno de sus más recordados ante el Real Madrid en el Clásico. Este inicio inicial permitió a muchos mantener la esperanza de que su aporte seguiría siendo fundamental para las aspiraciones del Barcelona en la lucha por LaLiga.
A pesar de sus 16 goles y 2 asistencias en 1,484 minutos jugados, Lewandowski ha comenzado a evidenciar problemas que no son meras estadísticas. Si bien sigue siendo el máximo goleador del Barcelona, no ha sido capaz de marcar en momentos clave y su falta de goles en las derrotas del equipo en casa, junto con un desperdicio de varias oportunidades, ha generado frustración en los aficionados y expertos. Las críticas en su contra han sido especialmente duras en partidos importantes, como contra el Atlético de Madrid, donde no solo falló en una ocasión clara, sino que su desconexión del juego fue evidente. En estos últimos partidos, su presencia en la cancha parece no ser tan impactante como en la primera mitad de la temporada.
De hecho, los medios catalanes como Mundo Deportivo y Diario Sport fueron bastante contundentes al señalar que Lewandowski no ha sido tan comprometido como se esperaba, y su actitud parece más la de un jugador veterano que ha perdido parte de la chispa que le permitió llegar a la élite. Esto se refleja en su esfuerzo por presionar a los rivales y su rendimiento en la distribución del balón. Cuando el polaco no marca, se convierte en una pieza casi inerte en el juego, y sus fallos en el control de balón o su falta de capacidad para retener el esférico para facilitar jugadas de equipo se han vuelto preocupantes.
Aunque algunos aficionados aún defienden su talento y capacidades, compararlo con jugadores como Kylian Mbappé o Alexander Sørloth revela las carencias evidentes de Lewandowski en otros aspectos cruciales del juego. Mientras que los delanteros del Real Madrid y el Atlético son capaces de crear jugadas, de arrastrar defensas y generar espacios, el polaco no ha logrado adaptarse al dinamismo de LaLiga en la misma medida. Aunque sus números son competentes, su contribución al colectivo es limitada, ya que su juego no permite a sus compañeros brillar de la misma manera que lo hacen los goleadores de otros equipos contendientes.
El tema del desgaste es innegable: Lewandowski está cerca de los 36 años y ha admitido sentirse falto de confianza. Esta preocupación es algo que sus rivales directos no experimentan en la misma magnitud, ya que la juventud y energía de figuras como Mbappé o Sørloth parecen darles una ventaja competitiva significativa. Mientras Lewandowski parecía tener el poder de decidir partidos, su rendimiento en las últimas semanas sugiere que su impacto va disminuyendo, lo que a su vez afecta al Barcelona, que no puede depender solo de su capacidad para convertir goles sin un aporte integral al juego.
El Barcelona, a pesar de los esfuerzos de otros jugadores y algunas rachas de buen fútbol, sigue necesitando una pieza clave que pueda liderar de forma consistente. Mientras Lewandowski no recupere su mejor forma o logre reencontrar esa ambición que lo convirtió en estrella mundial, el Barcelona podría tener dificultades para mantenerse competitivo en LaLiga y las competiciones europeas. El parón navideño llega en un momento crucial, y si bien Lewandowski asegura que el equipo volverá más fuerte, la tendencia de los últimos tiempos sugiere que sus actuaciones podrían seguir siendo un tema delicado para la temporada. Sin cambios drásticos, su contribución al Barcelona podría seguir siendo más un lastre que una ventaja, y el equipo se verá obligado a buscar soluciones en otras partes del campo.