El inicio de los Washington Commanders en la NFL ha sido impresionante, gracias en gran parte al surgimiento de su mariscal de campo novato, Jayden Daniels. Este joven jugador ha cambiado el rumbo de una franquicia que había sido conocida por sus constantes problemas tanto dentro como fuera del campo.
La llegada de Daniels no solo ha revitalizado al equipo, sino que ha disfrazado varias deficiencias que el plantel aún posee. El equipo ha sorprendido a todos con un récord de 4-1 en las primeras cinco semanas de la temporada 2024, y una de las claves ha sido su destacada actuación, con más de 1,000 yardas por aire y 250 por tierra, un logro sin precedentes para un mariscal novato.
El caso de Jayden Daniels es un ejemplo de por qué los equipos de la NFL siguen eligiendo mariscales en la primera ronda del draft, a pesar del riesgo que implica. Cuando un jugador de este calibre se encuentra, el equipo puede transformar su realidad en un abrir y cerrar de ojos. Daniels ha demostrado tener esa capacidad de estrella desde sus días en la universidad de LSU, y aunque muchos jugadores con éxito universitario no logran replicarlo en la NFL, Daniels parece ser la excepción.
Washington, una franquicia marcada por el caos y la disfuncionalidad en las últimas dos décadas, ahora se encuentra entre los mejores equipos de la liga. Han anotado más de 150 puntos en cinco semanas, algo que nunca antes había logrado un mariscal novato. Esto, sin duda, es un reflejo del talento de Daniels y su habilidad para elevar el rendimiento de sus compañeros de equipo.
En cuanto al equipo que lo rodea, los Commanders no tienen una plantilla perfecta. El dúo de corredores, compuesto por Brian Robinson Jr. y Austin Ekeler, ha sido sólido, pero la profundidad en el grupo de receptores es limitada, con Terry McLaurin siendo el único receptor destacado. Sin embargo, estas limitaciones no han sido un obstáculo para Daniels, quien ha sabido maximizar los recursos que tiene a su disposición.
Un aspecto clave en el éxito de Daniels ha sido la presencia del coordinador ofensivo Kliff Kingsbury, quien ha trabajado con algunos de los mejores mariscales jóvenes, como Patrick Mahomes en Texas Tech y Caleb Williams en USC. La experiencia de Kingsbury ha sido valiosa para el desarrollo de Daniels, ayudándole a ajustar su juego al nivel profesional.
Daniels no solo se destaca por sus números, sino también por su mentalidad. Mantiene la calma bajo presión, algo que muchos mariscales novatos no logran hacer. Completar más del 80% de sus pases en las primeras semanas de la temporada es un testimonio de su precisión y control en el campo.
Este éxito inicial no garantiza que Daniels y los Commanders mantendrán el mismo nivel de rendimiento a lo largo de la temporada. A medida que los equipos rivales tengan más tiempo para estudiar sus jugadas y realizar ajustes, el reto para Daniels será adaptarse y seguir evolucionando. Sin embargo, lo que ya ha demostrado es que es capaz de llevar a Washington a la relevancia, algo que no se había visto en años.
El entrenador en jefe de los Commanders, Dan Quinn, mencionó antes de la temporada que el equipo estaba en un proceso de “recalibración”, no de reconstrucción, lo que sugiere que había confianza en el potencial del equipo, especialmente con la llegada de Daniels. Ahora, con este increíble inicio, parece que esa recalibración está dando frutos.
En resumen, Jayden Daniels ha emergido como una de las futuras estrellas de la NFL, y su presencia en los Washington Commanders ha revitalizado a una franquicia que llevaba años en la oscuridad. Si bien aún queda mucha temporada por delante, los fans del equipo tienen razones para emocionarse, y el nombre de Daniels ya está siendo mencionado entre los grandes talentos jóvenes de la liga.