Un estudio reciente publicado en Frontiers in Zoology sugiere que los mapaches que viven en áreas urbanas muestran señales tempranas de lo que podría llamarse una domesticación natural, impulsada por su proximidad a los humanos.
Los investigadores, encabezados por la bióloga Raffaela Lesch de la Universidad de Arkansas, analizaron cerca de 20 mil imágenes de mapaches provenientes de la plataforma de ciencia ciudadana iNaturalist. Mediante esas fotos midieron la longitud del hocico (desde la punta de la nariz hasta el ojo) en relación con la longitud del cráneo, encontrando que los ejemplares urbanos tienen una reducción en el largo del hocico de aproximadamente 4 por ciento en comparación con los de ambientes rurales.
Este acortamiento del hocico es un rasgo característico del “síndrome de domesticación”, una serie de cambios anatómicos que se han observado en animales domésticos: hocico más corto, posibles alteraciones en la pigmentación, incluso modificaciones en el comportamiento.
Además de los cambios anatómicos, los autores plantean que existe una presión selectiva provocada por el ambiente urbano: los mapaches en la ciudad tienen acceso constante a restos de comida humana (basura), lo que les permite alimentarse sin necesidad de evitar la presencia humana. Esta relación representa un escenario de “autodomesticación”. Esto quiere decir que no es que los humanos los estén criando, sino que los animales más audaces y menos temerosos prosperan y se reproducen en ese contexto.
El estudio también advierte que este fenómeno no es uniforme en todas las regiones: el análisis considera variables climáticas, y aunque el acortamiento del hocico es evidente en mapaches urbanos, su magnitud varía según zonas con diferente temperatura.
Estos hallazgos tienen implicaciones ecológicas y evolutivas. Por un lado, sugieren que la convivencia con el humano y su estilo de vida urbano podría reforzar rasgos más dóciles o menos temerosos en poblaciones de fauna salvaje. Por otro lado, plantean preguntas sobre el papel de los mapaches en los ecosistemas urbanos a largo plazo: ¿cómo cambiaría su interacción con otros animales o con nosotros si estas tendencias continúan?