
Por Víctor-Isolino Doval
El Morena, partido de Estado que le ha devuelto al Pueblo lo robado, se prepara para sumar un puñado de entidades más al inventario de los que han decidido ponerse del lado correcto de la historia. Como ocurría durante el esplendor del PRI, el otro partido de Estado que le robó al pueblo lo devuelto, vivir fuera del presupuesto no es vivir y eso lo han recordado los sabios burócratas que ahora se aglutinan en torno a Palacio.
La candidata al gobierno de Durango, por ejemplo, Marina Vitela, es una priista de cepa –a ver, fue secretaria general del partido en la entidad hace diez años–. De esas buenazas jóvenes tan elogiadas en su momento por el presidente malo, Enrique Peña Nieto. Pero Durango le está poniendo las peras a 25 al Supremo porque ahí gobierna el PAN y ha habido alternancia. La sociedad duranguense lleva varios sexenios madurando una democracia que ha mostrado funcionar medianamente bien. Por eso, lo que hasta hace unos meses parecía un triunfo facilito para el partido oficial, ya no está tan claro.
Pero las elecciones de Estado no son cualquier cosa. Mucho menos ahora, cuando el Instituto Nacional Electoral está ahí metiendo las narices todo el rato. Y, luego, con la necedad esa de que los ciudadanos se ocupen de la organización y la ejecución. No son los tiempos de don Manuel Bartlett, cuando desde la Secretaría de Gobernación se hacían las cosas como el Señor Presidente dijese.
Aunque ahora se pueden hacer elecciones de Estado, cómo se sufre. Están los casos de Hidalgo y Oaxaca, por ejemplo. Eso lo saben muy bien quienes allí aceitan la maquinaria electoral, cuyo funcionamiento exige redoblar esfuerzos para obtener los réditos esperados. Los delegados del Bienestar fueron creados para eso. Las brigadas de los Servidores de la Nación que peinan cada centímetro del territorio mexicano van por cada credencial de elector como lobos hambrientos tras la presa, sudando la gota gorda. No ha sido sencillo. Afortunadamente, en esos lares gobierna el PRI y amor con amor se paga.
En Hidalgo, el señor Omar Fayad lleva muchos meses poniéndole la mesa al partido oficial y ya le allanó tanto el terreno a la candidata Zutana que hasta tiempo le dio para descubrir su verdadera vocación: showman. Ahora, en lugar de escucharle la pena a la señora Ruffo, pasa horas y horas frente a las tornamesas de las discotecas de postín en la bella airosa.
Lo de Oaxaca no es distinto. Harta de la negrura que la rodea, la porcelínea pareja que forman Álex Murat y su señora, luego de contemplar cómo el pueblo hacía historia, decidió hacer como que le gustaba mucho el mole y las tlayudas y empezó a entregarle el estado a Su Alteza para que el doctor Jara no tuviera ni media bronca en la elección.
Así funciona el PRI desde que era el Partido Nacional Revolucionario de mi general Calles. Para ganar una elección, hay que repartir billetazos o matar de hambre (como presuntamente hubiese recomendado el señor Moreno). Hay algo en la genética priista que se activa cuando detentan el poder. Incluso, ellos acuñaron un lenguaje electoral: bases, cuadros, organización, el recurso, para todos ahí, ceneopé y demás tecnicismos. Y es desde el poder desde donde el partido de Estado ha ganado cada una de las gubernaturas a las que ha presentado candidatos luego del triunfo del Licenciadobrador. Excepto, claro, donde parece que la sociedad sabe que ella es dueña del asunto.
La maldita alternancia es para quienes desconfían de la sabiduría del pueblo, de su juicio siempre certero, de sus decisiones preclaras. Y, por si las dudas, la pléyade de súbditos del Amo van de plaza en plaza a avivar al pueblo bueno para que no se le olvide a quién deben el pan de cada día. La doctora Sheinbaum ha dejado de cobrar como tres sábados –a ver si le alcanza para el gasto– para ir a solidarizarse con sus camaradas.
Pero, en fin. Que a pesar de que los tiempos que corren han complicado muchísimo las elecciones de Estado, gracias al denodado esfuerzo del vasallaje, el partido oficial ganará Hidalgo, Oaxaca y Quintana Roo; pero, no Aguascalientes ni Durango. Y el Morena ganará también en Tamaulipas, donde la alternancia se abre paso.
@ProfesorDoval