
Sus simpatizantes pusieron el fuego, pero las palabras del Presidente AMLO fueron el combustible. Una figura de cartón de la ministra presidenta de la @scjn Norma Piña, fue quemada y pateada en la marcha convocada por el Presidente el sábado. Ahí, en la Plaza de la Constitución, a metros de la sede de la Corte, el obradorismo exhibió un nivel de intolerancia desproporcionado a Norma Piña, la Cuarta Transformación le recrimina por exigir un Poder Judicial independiente, no le perdona no haber rendido pleitesía al Presidente. La turba la castigó quemándola simbólicamente, piénsenlo así, le prendieron fuego a la figura de una mujer en este país donde 10 mujeres son asesinadas todos los días. Esto no es un tema de simpatía estamos ante un nivel de violencia que debería escandalizar y detenerse. Ante la quema de la figura de Norma Piña, organizaciones de la sociedad civil, senadoras, diputadas e incluso mujeres dentro de la 4-T salieron a mostrar su rechazo entre ellas Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del Presidente, y la senadora y exministra de la Corte, Olga Sánchez Cordero, quienes pidieron un freno a la violencia.Sin embargo, hay un actor en esta ecuación que ha preferido el silencio, por supuesto, hablo del Presidente López Obrador porque si bien, él no quemó la figura de Norma Piña sus palabras fueron el combustible de ese odio desbordado. LA HOGUERA DEL PRESIDENTE | EDITORIAL DE ADELA MICHA.