
El Presidente decidió ayer quemar el que quizá, sea el cartucho político más valioso de todo el sexenio. Perseguir a su antecesor, Enrique Peña Nieto. El miércoles le preguntaron sobre una investigación que estaría llevando a cabo la Unidad de Inteligencia Financiera contra el expresidente y 24 horas después, López Obrador sello el destino del mexiquense. El mensajero fue uno de sus hombres de confianza: Pablo Gómez, titular de la poderosa Unidad de Inteligencia Financiera.
Pero en política no hay casualidades. El anuncio se dio justo el mismo día que el INEGI reveló un dato funesto, la inflación llegó en junio a 7.99 por ciento, su nivel más alto en 21 años. Pero eso quedó sepultado por lo que se avecinaba. Repito, en política, no hay casualidades.