
En la Biblia se menciona que los tres reyes siguieron una estrella para adorar al niño Jesús en Belén. En el libro sagrado no son denominados como reyes ni se especifica cuántos son, solamente se refieren a ellos como “sabios de Oriente”.
Los magos fueron guiados por una estrella resplandeciente desde Oriente hasta el lugar donde se encontraba el niño y cuando entraron a la casa vieron al recién nacido con María, su madre.
Los Reyes Magos entregaron los regalos a Jesús en señal de adoración, le ofrecieron oro, incienso y mirra.
Melchor ofrendó mirra, una resina que se da en árboles cercanos a Turquía. Debido a sus usos múltiples tenía mucho valor en la antigüedad. Se utilizaba para elaborar perfumes y ungüentos.
Baltasar obsequió oro, que simboliza la pureza, debido a que no se corrompía ni se alteraba. Mientras que Gaspar dio incienso para reconocer a Jesús como un ser divino, ya que a las divinidades se les rendía culto en los altares encendiendo incienso.
La historia cuenta que antes de llegar a Belén, los magos visitaron al rey Herodes en Jerusalén y les pidió que le indicaran dónde estaba el niño para ir a adorarlo. Pero Herodes estaba celoso del nacimiento del nuevo rey, por lo que sus planes eran otros.
No obstante, en un sueño los Reyes Magos fueron advertidos que no regresaron con Herodes y a de regreso a sus tierras tomaron otro camino.
El 6 de enero se dio el inicio de la Epifanía, es decir, la manifestación del hijo de Dios al mundo. Se celebran tres acontecimientos.