La política es siempre un terreno en disputa… No hay pacto, acuerdo, ni papel que pueda frenar su naturaleza, por eso no extraña lo que vimos ayer en el arranque de las giras de las “corcholatas” de la 4-T…. Sobre todo en dos sentidos, la agresividad en los movimientos de Marcelo Ebrard y el enroque que puede representar Adán Augusto López… Aunque el inicio formal de las giras era este lunes, Claudia Sheinbaum se los madrugó a todos y comenzó desde el fin de semana en Xochimilco, donde mujeres indígenas le entregaron un bastón de mando, un símbolo del reconocimiento de liderazgo entre las comunidades originarias… No se trata de una casualidad, Sheinbaum se ha apegado al guion de presentarse como la sucesora natural del Presidente por su parecido ideológico y ahora simbólico… Sin embargo, lo que vimos después por parte de Marcelo Ebrard está en la delgadísima línea de la provocación… Ayer en un acto de la campaña que dicen que no es campaña, el excanciller dijo que pensaba en la posibilidad de crear la Secretaría de la Cuarta Transformación, con el objetivo de dar continuidad al movimiento y hasta propuso que quien la encabece sea Andrés Manuel López Beltrán, hijo del presidente López Obrador y muy hábil operador político… Nuevamente en política no hay casualidades y son varios los flancos bajo los que puede interpretarse este movimiento…