Se ha cuestionado mucho, y con justa razón, la forma que de gobernar tiene el presidente: sin contrapesos y con algunos visos autoritarios. Sin embargo, tengo que reconocer que, con todos sus errores, durante el último sexenio la Cuarta Transformación resultó más eficiente que los partidos de oposición, que fueron incapaces de articular un proyecto de nación y que hoy parecen dominados por una cúpula partidista desinformada, egoísta y ciega ante la realidad mexicana. Ya desapareció el PRD… Ahora el PRI y el PAN deberán definir si se reinventan o si continúan su camino al abismo. También habrá que esperar cómo evoluciona la Cuarta Transformación ahora que, en teoría, el presidente se retirará de la vida política.