La noche del 3 de mayo de 2021, Marisol decidió salir a la tienda mientras esperaba a que su esposo e hijo regresaran a casa. Cuando caminaba, recibió la noticia de que un vagón de la línea 12 del Metro se había desplomado a 130 metros de la estación Olivos. Llamó inmediatamente a su mamá. “Dime que llegaron”, le suplicó, con la esperanza de que sus seres queridos se encontraran en otro tren. No hubo respuesta.
Fue hasta las tres de la mañana que consiguió localizar a su esposo. Se encontraba en el Hospital Balbuena “arrinconado en una cama sin medicamentos, diciendo que no aguantaba los dolores” por tener la pierna izquierda rota en tres partes y no estar recibiendo la atención adecuada. En cuanto a su hijo Brandon, a pesar de que las autoridades afirmaron que no había ningún menor de edad implicado, lo encontró sin vida alrededor de las 8 de la noche del día siguiente.
Marisol denunció que a raíz de los acontecimientos, el gobierno capitalino realizó diversos intentos para que la familia aceptara un convenio de indemnización. Sin embargo, al no incluir los recursos necesarios para atender las necesidades que enfrentan, se ha negado a firmar cualquier acuerdo. Por eso, ella ha tenido que solventar los gastos funerarios de su hijo y la recuperación de su marido.
Pero los obstáculos no se limitaron a una falta de acuerdo con las autoridades. En el momento que consiguió los recursos necesarios para trasladar a su pareja a un hospital privado para que recibiera la atención que necesitaba, miembros del gobierno impusieron diversos obstáculos, incluso la hostigaron para evitar el cambio.
En la entrevista, Teófilo Benítez, abogado que da acompañamiento a Marisol y a otras 13 víctimas de la tragedia, denunció que “la señora Marisol era hostigada, la trataron de espiar para saber lo que hacía y hacia donde se movía. Fue como si estuviéramos sacando a un delincuente de la cárcel”. Finalmente, después de amenazas y forcejeos, el marido de la señora Tapia de Jesús fue trasladado al Hospital Dalinde, donde recibió la atención que necesitaba desde un principio. Sin embargo, debido a las heridas del incidente, no pudo regresar a trabajar.
Actualmente, Marisol enfrenta las consecuencias de lo ocurrido en mayo de 2021. Por un lado, el duelo por la pérdida de su hijo Brandon, por otro, las dificultades económicas que implica que su marido no pueda regresar a trabajar. Todo esto, mientras las autoridades continúan sin aceptar su responsabilidad en los hechos, ni atender la situación crítica en la que se encuentran las víctimas y sus familiares.