A estas alturas, no podemos darnos el lujo de perder el tiempo. Hay que decir las cosas como son, sin pelos en la lengua. Sobre todo, hablando de política. Y más aún cuando estamos de cara a un proceso electoral tan importante como el que se llevará a cabo el próximo 2 de junio.
Movimiento Ciudadano, el partido que hoy postula a la presidencia a Jorge Álvarez Máynez, ha adquirido relevancia en muy poco tiempo.
Emecé gobierna Jalisco y Nuevo León, dos de los estados más grandes y más importantes de México. Ha impulsado a figuras como Enrique Alfaro, Samuel García, Mariana Rodríguez, Luis Donaldo Colosio, Salomón Chertorivski y el mismo Máynez, que hoy tienen un lugar destacado e incuestionable en la arena política del país.
Son jóvenes, y se les nota. Saben usar las redes sociales y desean construir la famosa tercera vía. Un camino socialdemócrata y progresista, que se aleje de los viejos partidos pero que tampoco tenga los desplantes autoritarios que, para decepción de muchos, ha demostrado la izquierda que hoy está en el poder.
Todos sabemos lo que Movimiento Ciudadano representa y a muchos les parece respetable.
Pero tampoco puede negarse lo que todos sabemos. Porque, como decía Juan Gabriel: «lo que se ve no se pregunta». La realidad es que, según la gran mayoría de las encuestas, en las próximas elecciones presidenciales, hay dos, y solamente dos, fuerzas políticas con posibilidades de ganar la votación: una, abanderada por la candidata Claudia Sheinbaum, que representa la continuidad del proyecto del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador. Y otra, la de Xóchitl Gálvez, cuya principal característica es oponerse a las propuestas, sí, pero, sobre todo, a las formas políticas de la llamada Cuarta Transformación.
Por esta razón, a Jorge Álvarez Maynez se le ha preguntado en muchas ocasiones si existía la posibilidad de que declinara su postulación presidencial en favor de Xóchitl Gálvez. En respuesta, Máynez señaló como condición que renunciaran Alejandro Moreno y Marko Cortés, dirigentes nacionales del PRI y de Acción Nacional, respectivamente.
Ayer, en un anuncio que se hizo viral, Alejandro Moreno le hizo una oferta a Máynez…
Ante este llamado, la respuesta de Máynez fue de comedia. Le contestó a Alejandro Moreno que renuncie esta semana, que le deje a Beatriz Paredes la presidencia del PRI y que, después del debate, él podría negociar con los partidos de la alianza opositora. El tono del video parece más el de una broma que el de una negociación política como la que está en juego.
Luis Donaldo Colosio, exalcalde de Monterrey,
candidato al Senado y una de las figuras más destacadas de Movimiento
Ciudadano, hizo un llamado para que el tercer lugar declinara en favor del
segundo y, de ese modo, se unieran fuerzas contra Morena y sus partidos
aliados.
Algunas interpretaciones sugieren que Luis Donaldo Colosio quiere que Máynez renuncie, pero que no puede decirlo públicamente de esa forma, porque, al final de cuentas, Colosio y Máynez pertenecen al mismo partido.
Hay que recordar que, a principios de este año, casi nadie sabía quién era Máynez. Los candidatos fuertes que se barajaban eran Samuel García, Colosio e incluso Marcelo Ebrard, quien podía romper con Morena. Por diversos motivos, ninguno de ellos se sumó a la contienda y, así, en una decisión apresurada, si no es que improvisada, Máynez resultó el candidato.
Sin duda alguna, su campaña ha sorprendido. Ha sido el contendiente que más ha crecido, es el que menos opiniones negativas tiene, es el que ha presentado una campaña publicitaria más efectiva y sus participaciones en los debates han sido buenas.
Pero todo indica que nada de esto le alcanza para arrebatarle el segundo lugar a la Coalición Fuerza y Corazón por México. Según el analista Roy Campos, solamente una encuesta de 46 pone a Máynez por encima de Xóchitl. Y mucho menos le alcanza para llegar a Palacio Nacional.
Yo no sé si una eventual declinación de Máynez favorecería más a Xóchitl o a Sheinbaum. Habrá algunos votantes de Movimiento Ciudadano que repudien al PRI, al PAN y al PRD, y que prefieran irse con Claudia. Habrá otros que por nada del mundo estarían dispuestos a votar por el proyecto lopezobradorista y, en consecuencia, se irían con la coalición opositora.
Pero diversas voces señalan que, quien realmente ganaría, sería México. Porque, si nuestra democracia ha tardado tanto tiempo en madurar, también se debe a que los candidatos no han tenido la madurez para reconocer el lugar que ocupan en las elecciones. Muchos se preguntan qué hubiera pasado en 1988, si Manuel Clouthier, Maquío, y Cuauhtémoc Cárdenas hubieran unido fuerzas. Ninguna caída del sistema hubiera sido capaz de derrotarlos. ¿Y qué habría sucedido en el 2018, si Ricardo Anaya y José Antonio Meade se hubieran aliado?
En una elección como ésta, tan dividida, en que parece ser necesario que una mayoría absoluta, y no relativa, elija qué proyecto gobernará México. Esto es importante.
Se dice que nuestra democracia es joven e inmadura. Puede ser. Fue en el año 2000 cuando, por primera vez en nuestra historia moderna, hubo alternancia partidista en el país. Desde esta perspectiva, en 2018, con el triunfo del presidente Andrés Manuel López Obrador, alcanzamos la mayoría de edad. Hoy, esta democracia real en nuestro país cumple 24 años. Somos jóvenes, pero adultos. Ya no podemos permitirnos la ceguera del pasado.
En este sentido, hay amplios sectores de la población que están presionando para que Jorge Álvarez Máynez decline.
Máynez no puede definir quién ganará, si Xóchitl o Sheinbaum. Eso lo vamos a decidir los ciudadanos en las urnas.
Pero, a pesar de que algunos piensan que esa decisión histórica podría estar en manos de Jorge Álvarez Máynez, el candidato de Movimiento Ciudadano y Alejandro Moreno han preferido enfrascarse en una guerra de declaraciones más propia de una comedia que de una contienda electoral.
Yo soy Adela Micha.