
Isaac de Paz González no es un rostro conocido de la política ni un nombre que haya encabezado portadas antes de este proceso. Pero en medio de la elección judicial inédita que vive México, su candidatura ha cobrado fuerza por lo que representa: una apuesta por el conocimiento, la pedagogía jurídica y una justicia cercana a los olvidados.
Tiene 43 años, nació en el Estado de México y construyó su carrera entre las aulas, los libros y el activismo. Estudió Derecho en la Universidad Autónoma del Estado de México, donde también se graduó con una maestría en Justicia Constitucional. Más tarde, su búsqueda de una visión más amplia lo llevó a España, donde obtuvo el doctorado en Derechos Fundamentales en la Universidad de Castilla-La Mancha. Desde entonces, ha hecho del derecho constitucional su espacio de trabajo, reflexión y trinchera.
Su nombre comenzó a circular con fuerza tras figurar en la boleta morada de las elecciones judiciales del 1 de junio de 2025, como el candidato número 40. A diferencia de otros perfiles, no hizo campaña con grandes espectaculares ni giras mediáticas. Lo hizo con foros académicos, redes sociales y diálogos públicos en los que defendió una Corte más humana, capaz de emitir sentencias comprensibles y de proteger a quienes no han tenido voz.
“Lo importante es que la justicia no sea solo para quienes pueden pagarla o entenderla”, dijo en uno de los conversatorios que encabezó en el norte del país. Para Isaac de Paz, el derecho no es una colección de tecnicismos, sino una herramienta viva para transformar realidades.
Su experiencia no se limita al aula. Fue juez del Tribunal Universitario de la Universidad Autónoma de Baja California, donde también impulsó el diseño de posgrados enfocados en derecho procesal constitucional. Es autor de cinco libros y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel II. También ha dado clases en Guatemala y ha trabajado en litigios vinculados a derechos humanos, pueblos indígenas y acceso efectivo a la justicia.
Al corte de las 09:00 horas del 2 de junio, el INE reportó que acumulaba más de 1.3 millones de votos. De confirmarse esa tendencia, se convertiría en uno de los cuatro ministros varones electos por voto popular para integrar la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Su llegada supondría un relevo generacional y temático. No representa cúpulas, ni viene de los pasillos de los grandes tribunales. Representa la mirada de quienes estudian, enseñan y ejercen el derecho desde una trinchera académica con impacto social. “No vengo a representar a nadie más que a los que no han tenido voz. Esa es mi causa”, ha declarado.
Con un lenguaje claro, alejado del discurso legalista, De Paz ha insistido en que la Corte debe mirar hacia abajo. Hacia las mujeres indígenas, los pueblos afromexicanos, los campesinos y los jóvenes sin acceso a un abogado. Su causa es esa: que el derecho deje de ser privilegio y se convierta en justicia.