Bastaron 24 horas para que mercenarios rusos, conocidos como “Grupo Wagner”, evidenciaran que el poder de Vladimir Putin no es una muralla impenetrable, sino un dique con muchas fisuras… La guerra en Ucrania cobró al presidente ruso factura en su propia tierra, y quien puso en jaque al Kremlin fue un hombre que comenzó como cocinero de Putin… El viernes por la noche, este lado del hemisferio miraba con asombro la manera en que un conflicto entre la cúpula militar rusa escaló hasta poner al país en las fauces de una guerra civil… Y es que luego de más de dos décadas de Putin en el poder, el fin de semana fue la primera vez que alguien de su propia gente se atrevió a desafiarlo por la vía armada… Para entender todo esto hay que analizar quién es Yev-gueni Prigo-zhin, líder del “Grupo Wagner”… Este oligarca tiene una historia sorprendente…. Comenzó vendiendo hot dogs en la calle y de ahí pasó a tener un lujoso restaurante en San Petersburgo, donde con frecuencia comía el presidente Putin… Estrecharon así una relación de amistad y Prigo-zhin consiguió contratos millonarios con el Kremlin… Amasó tanto poder hasta que finalmente fundó el ejército privado más poderoso de Rusia, el “Grupo Wagner”.... Y ejército privado es un decir, porque estrictamente son paramilitares… Prigo-zhin fue el artífice de esta breve rebelión, pero su motivación viene de muy atrás… Desde hace meses, había mostrado su desacuerdo con la gestión del ejército ruso en la guerra con Ucrania… Pero lo que hizo estallar todo fue que acusó al ejército de atacar con misiles a sus tropas en la retaguardia de la guerra de Ucrania, antes de esto había señalado que el ejército ruso no abastecía suficientemente al Grupo Wagner, por lo que su objetivo era derrocar al Ministro de la Defensa… No era una amenaza directa a Putin, pero sí a la cúpula militar del Estado, fundamental para el poder del presidente ruso…