Un momento insólito marcó la sesión de comisiones en la Cámara de Diputados durante la aprobación del dictamen de la nueva Ley de Aguas Nacionales. Lo que debía ser un debate técnico y ordenado terminó exhibiendo un episodio que rápidamente se viralizó en redes sociales: el legislador Jose Armando Fernández, reconoció abiertamente que “no se sabe” leer los números romanos al revisar el artículo del proyecto.
El incidente ocurrió mientras los integrantes de la Comisión encargada de dictaminar la Ley de Aguas revisaban diversos apartados enumerados en ese formato. Al quedar expuesto, el diputado perteneciente al grupo parlamentario de Morena, pidió apoyo para interpretar la numeración, generando reacciones de sorpresa, molestia y burla entre asistentes, asesores y usuarios en plataformas digitales.
El momento desató una ola de críticas hacia la preparación académica y legislativa de algunos representantes populares, pues en redes sociales se cuestionó que quienes elaboran, modifican y aprueban leyes básicas para el país no dominen conocimientos elementales. Comentarios como “ni la primaria completa” o “de estos depende el futuro del agua en México” se multiplicaron minutos después de difundirse el clip.
Más allá de la anécdota, el episodio reavivó el debate sobre la profesionalización del trabajo legislativo y la necesidad de fortalecer la capacitación técnica dentro del Congreso. Esto, especialmente en discusiones relevantes como la reforma al marco jurídico del agua, una de las normativas más importantes para la gestión, distribución y regulación del recurso a nivel nacional.
La aprobación del dictamen avanzó pese a la distribución y continuará su ruta legislativa. Sin embargo, el momento dejó en evidencia una preocupación recurrente: la brecha entre la complejidad de las leyes y la preparación de quienes las votan. Una discusión necesaria que vuelve a colocarse entre memes, críticas y comentarios en el centro del debate público.