
Para un presidente populista, no hay cómo un país pobre. Pobre en todos los aspectos; social, educativo, económico. López Obrador encontró en México su mina de oro. Arrastramos años de rezago, aguantando promesas sin cumplir de candidatos y políticos que sólo vemos hacerse más y más ricos a costa nuestra. Somos gente buena, noble y de eso se han aprovechado, han abusado y así la gente se cansó.
Lo que AMLO prometía era muy difícil, si no imposible de cumplir, pero siempre la ilusión y las ganas de que por arte de magia se solucionen nuestros problemas, le ganó a la mayoría o a los suficientes para llevarlo al poder. Pocos vieron o quizá ignoraron, más bien, el “¡al diablo con sus instituciones!” que hoy nos tiene rezando padresnuestros y avesmarías para que el INE no desaparezca.
Lejos de eso, ya como presidente, encontró una fórmula que ya aburre y fastidia de culpar a los anteriores: a Calderón, a los neoliberales, conservadores, periodistas, empresarios, profesionistas, Loret de Mola y hasta el youtuber Chumel Torres. Los culpa de todo lo que pasa y deja de pasar en el país y así librarse de toda responsabilidad, piensa él.
Aquí usa otra arma que le ha funcionado, la que sí duele y, para mí, la más difícil de revertir, la que más daño nos ha causado y la que él más disfruta; la polarización entre la sociedad. Porque los mexicanos podremos ser de todo, pero cuando se trata de ayudarnos entre nosotros no dudamos un segundo, sea quien sea el de al lado, sea lo que se necesite. He visto en estos años familias desechas, amistades de toda la vida que se rompen por desacuerdos sobre AMLO, hermanos que se dejan de hablar. Nuestra característica de gente noble, buena, dócil, que perdona, la hicimos a un lado para defender a un extraño enemigo, ese que se metió sin permiso en nuestra familia, sin aviso, sin preguntar y cuando nos dimos cuenta, ya nos había dividido. O estás conmigo o estás contra mí.
A veces creo que es el orgullo el que nos gana, ya dije y ni modo, ahora lo sostengo. Cada quien montado en su burro, jalando para lados diferentes cuando lo que se necesita siempre es fuerza y unión.
Quedan los que le siguen apostando a los programas del Bienestar y a las dádivas que sin ton ni son el presidente regala a quienes ve con potencial para seguirlo apoyando. A estos no los suelta aunque sabemos todos, hasta ellos que las limosnas y regalos de este tipo no solucionen ningún problema de raíz, pero los tiene, literalmente, comiendo de su mano.
Si la gente que apoya al presidente le exigiera, otro gallo nos estuviera cantando ahora. Pero estamos en una situación de bandos en la ciudadanía. ¿Votaste por López Obrador? Yo no, somos enemigos. Yo jamás había visto ni sentido esto, porque ningún presidente lo había promovido. Por supuesto que tenemos motivos para estar enojados, indignados, tristes, resentidos, molestos ¡pero no entre nosotros! El presidente y político en turno se va a ir, va a dar la media vuelta y no va a regresar, entonces dejaremos de tirarnos tierra entre nosotros para tirarle al que debemos y nos debe resultados.
Nada le conviene más al gobierno actual que mantener la mayor cantidad de pobres, ignorantes y fanáticos. Así que hará lo que sea por mantenernos así y lo que sigue siendo más beneficioso y funcional para su gobierno: tenernos divididos.
Está en nosotros salir adelante o seguir su juego.
@ReginadelC