El Presidente provocó una reacción en cadena que es tan colérica como vergonzosa… En sus mañaneras del jueves y viernes, López Obrador minimizó la exposición del teléfono de la periodista del diario estadounidense “The New York Times”, Natalie Kitroeff… Y horas después vinieron las consecuencias… Se filtraron en redes sociales los celulares de las candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, del vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, y hasta de José Ramón López Beltrán… Estamos ante el vértigo de lo irreversible… De un límite que jamás debió ser transgredido… Si lo ocurrido durante el fin de semana no fuera la realidad de nuestra clase política diría que es hasta cómico… Pero como no es así, entonces me queda claro que es trágico… Recordemos que en su mañanera del viernes, la periodista de Univisión Jessica Zermeño cuestionó al presidente López Obrador por haber expuesto el teléfono de la colega Natalie Kitroeff… Esto fue lo que respondió el jefe del Estado Mexicano. Este país merece el máximo respeto, es cierto… Pero este país también merece un Presidente que respete la Ley, no sólo la de transparencia, sino todas las leyes… Que tenga en claro que ni él en lo personal ni por la investidura que ostenta está por encima de la Ley… Porque la autoridad moral que tanto defiende, es una apreciación de su persona, no un comodín y menos un permiso para denostar la integridad de otras personas… Porque no importa si se trata de una periodista del New York Times, o una colega mexicana, o un periodista que trabaje en condiciones precarias… Ni un solo periodista, ni de México ni de ningún otro país, puede igualarse al poder de un Presidente… No hay quien tenga las herramientas, ni como ciudadano ni como periodista, para enfrentar los embates de un jefe de Estado y salir ileso… El presidente López Obrador abusó de su poder y como si se tratara de una venganza medieval, expuso ante la plaza pública a la corresponsal del New York Times por revelar una investigación del Gobierno de Estados Unidos que presuntamente vinculaba su campaña del 2018 con el crimen organizado… Y las declaraciones de la mañanera del viernes, cuando dijo que no estaba arrepentido de haberlo hecho, detonaron una reacción atómica… Y también mostraron que en la polarización política no tocamos fondo… La danza de los números comenzó desde el viernes… Empezaron a circular en redes sociales los números de José Ramón López Beltrán, el hijo mayor del Presidente, y de su vocero, Jesús Ramírez Cuevas… José Ramón se quejó en redes sociales de que se invadió su privacidad por la revelación de su número… Señaló que eso lo ponía en riesgo a él y a su familia… La publicación de ese mensaje estaba repleto de respuestas diciéndole que si eso le molestaba, pues que cambiara de número… Justo como su padre, el Presidente lo había dicho al ser cuestionado por revelar el número de la reportera