Mario Figueroa, alcalde de Taxco, Guerrero, admite que su administración es rebasada por la violencia en el municipio. Tanto, que fracasó en su tarea de salvaguardar la vida de Camila Gómez, una niña de 8 años que fue secuestrada y asesinada, así como llevar un debido proceso para dar justicia a los familiares.
En una entrevista exclusiva en Me lo Dijo Adela, Mario Figueroa, alcalde de Taxco, Guerrero, reveló detalles alarmantes sobre el caso del secuestro y asesinato de Camila Gómez, así como el linchamiento de los responsables del crimen. Figueroa relató cómo las fuerzas policiales se vieron desbordadas por la falta de coordinación entre instituciones municipales, estatales y federales.
El alcalde expresó su desesperación al no recibir el respaldo esperado de la gobernadora, evidenciando la falta de coordinación entre los distintos niveles de gobierno. "Es triste ver que hemos pedido ayuda para controlar la situación, pero no la hemos recibido", lamentó Figueroa.
Enfatizó el compromiso del ayuntamiento con la justicia y la seguridad de los ciudadanos, respaldando las demandas de la madre de Camila por justicia, no venganza. Sin embargo, reconoció la insuficiencia del equipo policial local, compuesto por apenas 40 agentes, para enfrentar una situación tan grave.
Figueroa describió los acontecimientos que condujeron al fatídico linchamiento, destacando la falta de apoyo policial estatal y la llegada tardía de la fiscalía, elementos que podrían haber evitado la tragedia.
Además, abordó las controvertidas declaraciones de Doroteo Vázquez, secretario de seguridad de Taxco, insinuando que la madre de Camila podría haber contribuido a la tragedia por una supuesta falta de precaución. Figueroa distanció su postura de la de Vázquez, enfocándose en la búsqueda de justicia para Camila.
El contexto de este suceso es escalofriante: Camila fue vista por última vez el miércoles 27 de marzo en una casa en el Barrio de la Florida, donde había sido invitada para disfrutar de un día en la alberca. Tras su desaparición, la comunidad se movilizó en su búsqueda, pero lamentablemente su cuerpo fue encontrado al día siguiente en la carretera Cuernavaca-Taxco.
El descubrimiento de videos que mostraban a Camila dentro de la casa de los presuntos secuestradores desató la ira de la comunidad, que exigió justicia de manera enérgica. Este clamor llevó a actos de violencia extrema, incluido el linchamiento de los sospechosos, evidenciando la profunda indignación y la falta de confianza en las instituciones.
Este trágico incidente subraya la urgencia de una acción coordinada y efectiva por parte de las autoridades para garantizar la seguridad y la justicia en comunidades vulnerables como Taxco. La memoria de Camila, víctima inocente de la violencia desenfrenada, debe servir como un llamado a la acción para prevenir futuros horrores similares.
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