
La estrategia de “abrazos no balazos” representa cinco años de fracaso y dolor… Las víctimas se siguen multiplicando, territorios enteros son controlados por el crimen organizado, niños y jóvenes crecen entre balas y sangre… Y en el peor de los casos, son usados como carne de cañón de esta guerra funesta… Mientras tanto, el Gobierno prefiere mirar a otro lado… Y el siguiente dato lo resume todo… Poder revertir el rezago presupuestal en materia de seguridad y justicia requerirá de al menos 225 mil millones de pesos… La cifra que acabo de darles proviene del Observatorio Nacional Ciudadano, organización que esta semana publicó un estudio en el que exhibe el daño provocado por el desmantelamiento de las instituciones de seguridad y justicia… Y con datos duros, revela que el gasto en esos rubros ha disminuido 22.5 por ciento en términos reales entre 2018 y 2022… Es decir, si al final del sexenio pasado se gastaban 100 pesos en seguridad, hoy sólo se gastan 80… De ese tamaño es la desgracia… Y hay que decirlo claro… El futuro de este país tiene un boquete colosal porque el presidente López Obrador ha decidido abrir los brazos para los criminales… Al tiempo que da la espalda a las madres buscadoras, a los activistas, a los defensores de derechos humanos… Para ellos no hay más que la crueldad del silencio… La frialdad de quien quebrantó la promesa que lo llevó al poder… De acuerdo con el Observatorio, el rezago en seguridad y justicia no es un tema de austeridad, porque es evidente que este Gobierno sí tiene dinero para invertir en otros programas y proyectos… Para botón de muestra los 259 mil millones de pesos aprobados en el presupuesto del próximo año para las Fuerzas Armadas… O los 624 mil 805 millones para Petróleos Mexicanos, ese barril sin fondo que seca las arcas públicas… O los 482 mil millones para el Tren Maya que devasta la selva… Entonces dinero si hay, pero no para lo que es urgente…