
El proceso de Morena deja varias lecciones… Entre ellas, que el método es efectivo para reducir las inconformidades dentro del partido y evitar la canibalización entre los grupos… Los números están ahí, y como hemos visto en procesos anteriores, cuestionar la legitimidad de las encuestas es castigado con el ostracismo… Ahí están los casos de Marcelo Ebrard y Ricardo Mejía…
Pero donde sigue habiendo un enorme problema, el elefante en la sala, es en el uso de recursos para la promoción de las corcholatas… Desde que Morena usa encuestas, no hay ni un solo mecanismo de fiscalización interno… Vemos miles de bardas, cartelones, mítines y demás sin que se explique quién o cómo se pone el dinero… En cualquier democracia medianamente decente, eso tiene que ser un asunto a resolver de manera urgente… Lamentablemente nuestras autoridades electorales se han quedado muy cortas para revisar el tema…