
Hace menos de un mes Santiago Giménez asaltó Italia. El delantero mexicano llegó al AC Milán, el segundo equipo que más veces ha ganado la Champions League, y ha caído con el pie derecho. Santi llegó de la liga de los Países Bajos siendo uno de los consentidos de su ex afición en el Feyenoord. Se vistió de rojo y negro y le estamparon el mítico “7” en su playera.
Su historia es increíble. Cuando estaba en las divisiones inferiores del Cruz Azul, sufrió una trombosis que puso en riesgo su vida y su carrera futbolista. Dice Santi que, a partir de ahí, renació. Y vaya que se notó. Tras ese episodio debutó en primera división, se consolidó con el Cruz Azul, fue campeón en México, se fue a jugar a Europa con el Feyenoord de Rotterdam, fue campeón de los Países Bajos y se fortaleció como uno de los jugadores más deseados y cotizados del continente europeo.
Empezaron a crecer los rumores que lo colocaban en equipos de peso. Uno de esos equipos era el Milán, uno de los más importantes del planeta.
En enero, tras varios días de negociaciones entre el equipo de neerlandés y el italiano, el pacto se hizo. Santi viajó a la capital de la moda y el 4 de febrero fue presentado oficialmente.
Desató especulaciones, cuestionamientos y emoción. En México las playeras del Milán con el 7 comenzaron sus ventas hasta agotarse en algunos puntos. Pero, lo más importante está dentro de la cancha. El “Bebote”, cómo le apodan sus padres, no falló.
En el primer juego entró de cambió en la Coppa Italia y puso una asistencia, ese día le ganaron a la Roma 3 a 1. Al siguiente partido, en la liga, se estrenó como rompe redes, metió gol y le ganaron al Empoli. Días después, también en la liga, le anotó el gol de la victoria al Hellas Verona.
Pero curiosamente, el primer equipo al que se enfrentó en Champions fue a su ex, al Feyenoord que dejó hace menos de un mes. Tenían que vencerlos para avanzar a los octavos de final. A penas con 37 segundos Santi metió su tercer gol con la playera milanesa. Todo pintaba color de rosa hasta que una expulsión de un compañero condicionó todo. Al final el Milán quedó eliminado y Santi vió a su ex equipo avanzar.
A pesar de la eliminación, Giménez ha caído con el pie derecho. En 4 partidos tiene 1 asistencia y 3 goles. Si se mantiene así, podría convertirse en uno de los mejores mexicanos de todos los tiempos. Además, es una gran esperanza para una triste selección de México. Santi Giménez parece la luz al final del túnel.