Tras la firma de las primeras órdenes ejecutivas de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, entre las cuales prometió declarar a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas. Además de que el nuevo gobierno norteamericano debería esperar dos semanas para estudiar y analizar qué organizaciones podrían ser catalogadas como tal.
El nuevo presidente ha puesto el ojo, además de en las organizaciones delincuenciales mexicanas, en el llamado “Tren de Aragua”, un cártel de origen venezolano que nació al interior la cárcel de Tocorón, alrededor del año 2005 con el sindicato de obreros que laboraban en la construcción de un proyecto ferroviario que uniría a los estados Aragua y Carabobo. Siendo en esa prisión donde comenzó a aliarse con otras bandas criminales para expandir sus dominios.
Según los registros, “El Tren de Aragua”, se ha valido de la migración a gran escala de venezolanos por todo el continente Americano, llegando a establecerse en Estados Unidos aproximadamente entre los años 2021 y 2022, cártel que por cierto, a la fecha es considerada por la organización Insight Crime y y el gobierno estadounidense como la banda criminal más grande y poderosa de Venezuela.
Fue en vísperas de las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre, que los temas de migración y criminalidad llevaron al Tren de Aragua al primer plano del debate político, orillando a que, tanto demócratas como republicanos adoptaran una “dura postura” contra dicha organización. Y es que desde hace varios años, el grupo criminal aterroriza a sus países vecinos incluyendo Bolivia, Colombia, Chile y Perú, teniendo como presunto líder a Héctor Rusthenford Guerrero, alias “El Niño Guerrero”, por quien actualmente el Departamento de Estado ofrece una recompensa de 5 millones de dólares por información que lleve a su captura.
El Tren de Aragua, conocido por sus operaciones principalmente en naciones sudamericanas, está involucrado en delitos de alto impacto como extorsión, homicidios, tráfico de drogas y trata de personas, además de que, según el gobierno de Texas, que en septiembre del año pasado se adelantó a Trump para oficialmente declararlo como “organización terrorista”, también participa en el tráfico de migrantes hacia Estados Unidos.
La falta de características distintivas entre los miembros del Tren de Aragua dificulta saber cuándo un criminal forma realmente parte de la organización.
Ciertas autoridades policiales estadounidenses han publicado advertencias sobre tatuajes asociados al Tren de Aragua, como rifles o logotipos de Michael Jordan, e incluso han detenido a sospechosos de ser miembros basándose en sus tatuajes. Aunque un fiscal regional chileno descubrió que varios miembros de una célula vinculada al Tren de Aragua llevaban el mismo tatuaje, los miembros no se identifican sistemáticamente utilizando tatuajes específicos ni adoptan tatuajes como parte de un proceso de iniciación.
“La escasa colaboración entre las autoridades estadounidenses y venezolanas en materia de seguridad hace que sea casi imposible saber si una persona es un exrecluso o un presunto miembro del Tren de Aragua y tampoco se pueden levantar banderas rojas cuando estas personas ingresan al país”. Señala la página de la organización, inSight Crime.
Aunque los métodos de las autoridades para identificar a los miembros del “Tren de Aragua” o sus vínculos con la organización, no son claros, han surgido informes de presuntas actividades en al menos 10 estados de Estados Unidos:
Colorado, Texas, Nueva York, Illinois, Florida, Luisiana, Indiana, Georgia, Virginia y Nueva Jersey.
En su proyecto de expansión, desde 2017, el Tren de Aragua ha tenido conflictos y desencuentros con bandas como El Tren del Llano en el estado Sucre, al oriente de Venezuela, pues ambas organizaciones delictivas mantienen una disputa por el tráfico de drogas al Caribe e incluso, se han enfrentado con la guerrilla colombiana Ejército de Liberación Nacional en el departamento de Norte de Santander, por delitos como la trata de personas y por apoderarse de la región fronteriza.
De hecho, el Gobierno de Estados Unidos indica que, según sus investigaciones, El Tren de Aragua y el ELN operan redes de tráfico sexual en las fronteras del pueblo de Villa del Rosario, en Norte de Santander, Colombia.
Y aunque no existe un registro oficial del número de miembros que la conforman, “Transparencia Venezuela”, el brazo venezolano de la organización no gubernamental “Transparencia Internacional”, asegura que la megabanda criminal tiene más de 4.000 miembros.
Asimismo, la organización señala que su presunto líder, Héctor Rusthenford Guerrero, “El Niño Guerrero”, inició su carrera criminal en 2005 cuando fue detenido por el homicidio de un funcionario.
Para septiembre de 2012, cuando se encontraba detenido en la cárcel de Tocorón, se reportó su fuga, siendo recapturado en 2013 en Barquisimeto, en el centro occidente de Venezuela.
Fue el 15 de diciembre de 2016 cuando un tribunal de juicio del estado Aragua condenó a Guerrero a 17 años y dos meses de prisión como responsable de 12 delitos, entre ellos homicidio intencional, fuga de detenido, ocultamiento de arma de guerra, tráfico de drogas y asociación para delinquir.
Por su parte Guerrero nunca ha dado entrevistas, ni se ha referido a las condenas de la justicia venezolana.