La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha convocado una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad para el martes 23 de diciembre de 2025 con el propósito de analizar la creciente crisis diplomática y geopolítica derivada del bloqueo petrolero impuesto a Venezuela por Estados Unidos y que ha generado una marcada escalada de tensiones en la región.
La convocatoria se produce a solicitud formal del gobierno del presidente Nicolás Maduro, quien denunció ante la ONU una “escalada de amenazas” y una agresión directa contra la soberanía venezolana tras el anuncio del bloqueo por parte del presidente estadounidense Donald Trump.
La crisis se desató cuando el gobierno de Trump ordenó el bloqueo total y completo de todos los buques petroleros sancionados que entren y salgan de Venezuela, una medida que vinculó con el argumento de combatir el narcotráfico, acusar al gobierno de Maduro de financiar actividades ilícitas y recuperar supuestos activos “robados” por Caracas. El presidente Trump llegó a designar al gobierno venezolano como una “organización terrorista extranjera” y desplegó una gran fuerza aeronaval en el Caribe como parte del operativo.
Caracas rechazó categóricamente la medida, calificándola de violación del derecho internacional, una amenaza a la libre navegación y un intento de apoderarse de los recursos naturales venezolanos. El gobierno venezolano anunció que presentaría una denuncia formal ante la ONU subrayando que Estados Unidos no tiene autoridad para restringir el tránsito marítimo de un país soberano y denunciando la medida como una agresión.
El presidente Maduro sostuvo una conversación telefónica el pasado miércoles con el secretario general de la ONU, António Guterres, en la que alertó sobre las implicaciones de la escalada de tensiones para la paz regional y pidió que las declaraciones y acciones de Estados Unidos fueran rechazadas por el sistema multilateral. Guterres reafirmó su compromiso con el derecho internacional y llamó a evitar una mayor escalada.
El bloqueo petrolero que ha incluido sanciones adicionales y operaciones de interdicción de buques, ha generado inquietud en diversos países y organismos por sus posibles efectos económicos y humanitarios en Venezuela y en la estabilidad de la región.
Algunos países, incluidos China y Rusia, han expresado su respaldo a Venezuela en su petición ante la ONU, rechazando lo que califican como intimidación unilateral y apoyando la defensa de la soberanía venezolana. Además, gobiernos como el de México han hecho un llamado para que la controversia se resuelva a través del diálogo y han ofrecido sus servicios como mediadores para evitar un conflicto armado.