
Todo ocurrió a plena luz del día, la gente disfrutaba del día como cualquier otro en los alrededores de la Iglesia de Jesucristo de los Santos en Michigan en los Estados Unidos.
En las torres que adornan cada capilla de la Iglesia se puede observar carteles que desde hace unos días llamaban a los ciudadano a visitarlo.
“Visitantes bienvenidos”, dicen aún los carteles que se encuentran ahí: como una forma de reforzar su testimonio para evangelizar desde su fe.
Pero el domingo 28 de septiembre, por la mañana, un visitante aprovechó los brazos abiertos de la iglesia, estrelló su camioneta contra una capilla en Grand Blanc, Michigan.
La alerta de inmediato se encendieron, las personas que se encontraban en el lugar salieron corriendo sin embargo, la agresión aún no terminaba.
El sujeto no contento con el crimen que había realizado: prendió fuego a la Iglesia y disparó a los fieles que se encontraban al interior de la casa de Dios.
La policía llegó, con el fin de detener al sujeto que estaba poniendo en riesgo la seguridad de las personas en esa Iglesia mormona. Se enfrentaron los policías con el agresor, ahí quedo muerto el sujeto.
Al menos cuatro personas murieron y otras ocho resultaron heridas. El atacante fue identificado como Thomas Jacob Sanford, de 40 años, exmarine y veterano de guerra de Burton, Michigan.
Cabe mencionar que hasta este momento, y luego del siniestro aún hay siete personas sin localizar: las autoridades continúan en el lugar con el fin de encontrarlos.
Una fuente policial familiarizada con la investigación dijo a CNN que la búsqueda dentro de la iglesia concluyó por esta noche con hasta siete personas aún no localizadas.
El funcionario advirtió que el número podría incluir a sobrevivientes que aún no han tenido contacto con sus familias.
Los equipos de búsqueda reanudarán su labor por la mañana, cuando puedan ver nuevamente entre los escombros.