
La escalera del centro comercial vibró a las 18:23 horas.
Fue en ese instante preciso cuando Jamie Lee Curtis, ganadora del Oscar y figura legendaria del cine estadounidense, apareció frente al público mexicano vestida con un conjunto naranja que contrastaba con la tarde nublada del norte de la Ciudad de México. No venía sola. Su presencia apenas había sido anunciada de forma discreta, pero cientos de fanáticos ya llenaban la explanada esperando un reencuentro imposible.
Segundos después, la emoción se desbordó.
Lindsay Lohan descendía por las escaleras eléctricas con un vestido fucsia de escote tipo barco. Caminaba directamente hacia Curtis, con quien volvió a compartir créditos en la secuela Otro viernes de locos, a 22 años de su primer rodaje juntas. Ambas actrices se tomaron de la mano y avanzaron por la alfombra morada sin detenerse con la prensa, pero repartiendo saludos y besos desde la distancia. El público gritaba, cantaba y lloraba.
Subieron al estrado principal donde una banda en vivo interpretó el tema “Take Me Away”, una pieza que se convirtió en símbolo no oficial de la cinta original Freaky Friday estrenada en 2003. Desde el escenario, las dos estrellas ofrecieron unas palabras que terminaron por sellar un momento de comunión con sus seguidores mexicanos.
“Es tan importante para mí estar en la Ciudad de México por primera vez, sí, por primera vez, y con mis fans que han sido tan leales a mí. Estoy tan agradecida de poder venir aquí primero, realmente significa mucho. Estoy tan feliz de estar aquí con todos. ¡Gracias! Los amo, amo a todos y amo México. Esto lo voy a recordar para siempre”, dijo Lindsay Lohan, visiblemente conmovida.
Después fue turno de Jamie Lee Curtis, quien no perdió oportunidad para conectar con el público desde otra dimensión, la de la memoria cinematográfica. Recordó que Brad Pitt había presentado ahí mismo su película F1 y años antes Había una vez en Hollywood. Pero esta vez —según sus palabras—, la experiencia fue diferente por una razón: “la pasión de la gente”.
“El mensaje es la familia. De eso se trataba la primera película y de eso se trata esta. Nuestra vida cinematográfica también se trata de la familia. Así que (la película) es la familia México”, dijo Curtis.
La premier tuvo lugar en el centro comercial Parque Toreo. La elección del recinto no fue casual. Se trata del mismo espacio donde otros actores de renombre han presentado sus cintas, lo cual ha convertido a la plaza en uno de los principales escaparates para el cine internacional en México.
Además de la aparición estelar de Curtis y Lohan, por la alfombra también desfilaron celebridades locales como Bárbara de Regil y su hija Mar, el influencer Paco de Miguel, y las cantantes Ceci de la Cueva y Karla Díaz. Las conductoras del evento fueron Odalys Ramírez y Cynthia Urías.
Como parte de su intervención en México, Lindsay Lohan habló brevemente con la prensa y confesó haber probado el mole con pollo, platillo que —según sus propias palabras— se convirtió en su favorito de la gastronomía mexicana. “Yo solo quiero decir que mis fans de México han sido súper leales a través de los años y estoy muy agradecida por todos ustedes”, reiteró la actriz durante su paso frente al público.
Jamie Lee Curtis, por su parte, también compartió su emoción por regresar a la pantalla junto a Lohan. Ambas protagonizaron Un viernes de locos en 2003, interpretando a una madre y una hija que intercambian cuerpos por un hechizo mágico. En la nueva entrega, que se estrena el próximo 7 de agosto, retoman sus personajes años después, enfrentando nuevos retos generacionales y personales.