Justin Trudeau, el primer ministro de Canadá desde 2015, enfrenta una de las etapas más difíciles de su liderazgo. La creciente presión dentro de su propio Partido Liberal pone en duda su continuidad en el cargo, especialmente ante el temor de que una permanencia prolongada pueda perjudicar gravemente las perspectivas electorales del partido en los comicios de 2025.
Después de nueve años al frente del gobierno, un número creciente de legisladores liberales opina que Trudeau podría convertirse en una desventaja para el partido. Según estas voces, su liderazgo corre el riesgo de garantizar una derrota significativa ante el Partido Conservador, liderado por Pierre Poilievre, quien ha ganado terreno en las encuestas recientes.
Sin embargo, destituir a un primer ministro en funciones no es sencillo. Conforme a las normas del Partido Liberal, forzar su renuncia implicaría convocar una convención nacional, un proceso que requiere tiempo y consenso. Mientras tanto, los legisladores disidentes solo pueden ejercer presión pública para persuadirlo a dimitir y comenzar a organizar posibles sucesores.
Frente a esta situación, Trudeau evalúa seriamente su futuro político. Según informes, hay dos caminos principales que podría tomar:
Continuar como primer ministro
Esta opción implicaría resistir la presión de su partido y seguir liderando el gobierno hasta las elecciones de 2025. Sin embargo, este camino podría prolongar las divisiones internas dentro del Partido Liberal y debilitar la estabilidad del gobierno en un momento en que Canadá enfrenta retos económicos significativos.
Entre las preocupaciones más urgentes destaca la amenaza de aranceles del 25% sobre todos los productos canadienses por parte del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Esta medida podría tener un impacto devastador en la economía canadiense y agravar la incertidumbre política en el país.
Renunciar y abrir el camino para un sucesor
La renuncia voluntaria de Trudeau permitiría al Partido Liberal designar a un líder interino que representaría al partido en las elecciones de 2025. Aunque esta alternativa podría aliviar la presión interna, también plantea riesgos.
Designar un líder interino dejaría al partido con la complicada tarea de convencer a los votantes de respaldar a un candidato cuyo futuro dentro del liderazgo aún no esté asegurado. Además, la falta de claridad sobre el sucesor permanente podría debilitar la posición del partido frente a sus oponentes.
Una tercera opción, considerada la más viable por varios legisladores, sería que Trudeau anuncie su renuncia y convoque a una elección acelerada dentro del partido para elegir a su sucesor antes de las elecciones generales. Esta estrategia podría consolidar la unidad y dar tiempo al nuevo líder para preparar su campaña.
El descontento con Trudeau no proviene únicamente de su propio partido. Jagmeet Singh, líder del Nuevo Partido Democrático (NDP), que durante años fue un aliado clave para el Partido Liberal, expresó recientemente su frustración:
"Justin Trudeau falló en el trabajo más grande de un primer ministro: trabajar para las personas, no para los poderosos. Enfocarse en los canadienses, no en ellos mismos".
Estas críticas reflejan una percepción creciente de que el liderazgo de Trudeau ha perdido el contacto con las necesidades de los ciudadanos, particularmente en medio de una inflación persistente, problemas de vivienda y desafíos económicos.
Hasta el momento, Trudeau se ha abstenido de comentar sobre las crecientes demandas de renuncia. Incluso, canceló entrevistas programadas para fin de año, alimentando especulaciones sobre posibles movimientos detrás de cámaras.
El futuro político de Justin Trudeau sigue siendo incierto. Aunque cuenta con el apoyo de algunos miembros del Partido Liberal, la presión para que dé un paso al costado crece con cada día que pasa. Decidir quedarse o renunciar será una elección crítica no solo para su legado, sino también para el rumbo del Partido Liberal y del país.
Mientras tanto, Canadá observa expectante cómo se desarrolla esta crisis en uno de los momentos más desafiantes de su política reciente.