La Corona de Espinas de Jesucristo Regresa a Notre Dame Tras Devastador Incendio
Casi cinco años después del voraz incendio que destruyó gran parte de la Catedral de Notre Dame, una de las reliquias más sagradas del cristianismo, la Corona de Espinas de Jesucristo, regresa a su hogar histórico en París. Este evento representa un símbolo de esperanza y restauración para la icónica catedral gótica, que reabrió sus puertas al público el pasado 8 de diciembre tras una minuciosa reconstrucción.
La Corona de Espinas es una banda circular de ramas, protegida por un delicado tubo dorado. Su historia se remonta a los primeros peregrinos cristianos que la documentaron en Jerusalén durante el siglo V. La reliquia luego viajó a Constantinopla en el siglo X antes de ser adquirida en 1239 por el rey Luis IX de Francia, más tarde conocido como San Luis.
Luis IX trasladó la corona a París, donde inicialmente fue alojada en Notre Dame. Posteriormente, encargó la construcción de la Sainte-Chapelle, un majestuoso edificio gótico concebido para albergar este y otros tesoros religiosos del reino.
Durante el trágico incendio del 15 de abril de 2019, que consumió el techo y la aguja de la catedral, la corona de espinas y otras reliquias sagradas estuvieron en grave riesgo. Sin embargo, gracias a la rápida intervención de los bomberos y el clero local, se logró salvarlas de las llamas.
El viernes, la Corona de Espinas regresará a la catedral, marcando un hito significativo en el camino hacia la completa restauración de Notre Dame. En una ceremonia solemne presidida por el arzobispo de París, la reliquia será presentada en presencia de los caballeros y damas de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén.
Posteriormente, la corona será exhibida para la veneración pública. Entre el 10 de enero y el 18 de abril, coincidiendo con la Semana Santa, los fieles podrán contemplarla todos los viernes. Después de este periodo especial, continuará exhibiéndose el primer viernes de cada mes.
La Catedral de Notre Dame es mucho más que un monumento histórico. Es un lugar de fe, un icono cultural y un refugio espiritual. La restauración de la catedral, que comenzó tras el devastador incendio, ha requerido un esfuerzo monumental de arquitectos, historiadores y artesanos para devolverle su esplendor original.
Con más de 850 años de antigüedad, Notre Dame es un símbolo de la resiliencia de la fe y la cultura en medio de las adversidades. La corona de espinas, con su regreso a la catedral, encapsula ese espíritu de renovación y conexión espiritual, no solo para los parisinos sino para millones de creyentes y turistas que la visitan cada año.
Tras cinco años de trabajos de restauración, la reapertura de Notre Dame no solo ha devuelto al mundo un emblema arquitectónico del gótico francés, sino también un espacio de reflexión y espiritualidad. Durante las obras, los expertos no solo repararon los daños del incendio sino que también trabajaron en devolver a la catedral algunos de sus elementos originales, respetando el diseño y los materiales históricos.
El regreso de la corona de espinas marca una etapa culminante en esta nueva era para Notre Dame, solidificando su lugar en la historia y renovando su conexión con la comunidad global. Esta reliquia, que durante siglos ha inspirado a los fieles y cautivado a los curiosos, continuará siendo un poderoso símbolo de la fe cristiana y de la capacidad de la humanidad para proteger su legado más sagrado.
The relic that many Christians believe is the "Crown of Thorns" worn by Jesus Christ returns to Notre Dame in Paris after it was rescued from the cathedral's 2019 fire. pic.twitter.com/UCZ8ZnNynO
— The Recount (@therecount) December 13, 2024