
Carlos Martín González tiene 26 años llegó a Estados Unidos con una visa de turista y por una infracción vial: autoridades norteamericanas lo trasladaron a la prisión migratoria de Florida, “Alcatraz de los Caimanes”.
Todo pasó el 7 de julio, Carlos a pesar de haber ingresado legalmente a los Estados Unidos con una visa de turista vigente, hoy se encuentra en un centro migratorio de alta seguridad en California.
Carlos actualmente, no puede recibir visitas, ni asistencia consultiva afectiva y sin representación legal, es decir, no cuenta con ningún derecho internacional.
La historia inicia cuando la Patrulla de Carreteras de Florida detuvo el vehículo en el que se transportaba Carlos, alegaron una infracción menor: ya que el automóvil no contaba con un registro válido; las autoridades de inmediato emitieron una “retención migratoria”.
Desde ese momento Carlos permanece encarcela en esa prisión que hace unas semanas inauguró el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en medio de una laguna llena de cocodrilos.
¿Qué dicen los familiares de Carlos?
Los familiares de Carlos exponen que el joven está completamente incomunicado, sin recibir ningún tipo de visita; ni se ha podido comunicar con la embajada de México en Estados Unidos.
Detallan, que las únicas llamadas que ha hecho son supervisadas e impiden cualquier asesoría legal. Su padre intentó verlo y viajó de México a esta prisión migratoria, pero no tuvo éxito.
El consulado de México en Orlando, por su parte, ha declarado estar al tanto del caso, pero enfatiza que sin el número de expediente formalizado, su intervención sigue limitada.
La familia de Carlos insiste en su inocencia y en la legalidad de su estancia en Estados Unidos, al tiempo que exige que se respeten sus derechos fundamentales.