En Harbin, una ciudad del noreste de China famosa por sus inviernos extremos, trabajadores y artistas lograron construir un muñeco de nieve de 19 metros de altura que se convirtió en el centro de atención global del invierno de 2025. La figura construida con más de 3 mil metros cúbicos de nieve en el Parque Musical Qunli, fue completada a mediados de diciembre y superó en un metro al gigante de la temporada anterior, consolidándose como una de las esculturas de nieve más imponentes del mundo. Este proyecto monumental responde al deseo de la ciudad de reforzar su creciente atractivo turístico invernal, generando interés internacional y contribuyendo a la economía local en plena temporada festiva.
El colosal muñeco que domina el paisaje como una figura casi surrealista, no es un simple símbolo navideño: es una obra que combina tradición, ingenio y ambición. La escultura preside la plaza mientras miles de visitantes se congregan a su alrededor, desde familias con niños hasta fotógrafos ansiosos por capturar su magnitud. La sonrisa gigante y la bufanda roja que viste parecen transmitir un mensaje de calidez en medio del frío helado que caracteriza a Harbin, donde las temperaturas pueden descender muy por debajo de cero.
La construcción de esta obra fue también un espectáculo en sí mismo. Durante más de diez días, equipos de escultores y obreros moldearon y compactaron la nieve, cargando capa tras capa hasta lograr la impresionante figura final. El proceso, seguido con expectación por locales y turistas, se volvió viral en redes sociales, transformando al muñeco en una sensación digital antes incluso de su inauguración formal.
Más allá de su tamaño, el muñeco de nieve gigante simboliza el espíritu festivo que envuelve a Harbin cada año. La ciudad que alberga algunos de los festivales de hielo y nieve más importantes del mundo, ha convertido la escultura en una pieza central de su identidad invernal, atrayendo a visitantes de todas partes que buscan experimentar el cruce entre arte efímero y turismo de temporada.
A medida que el sol invernal se filtra sobre su superficie blanca, la enorme figura parece observar a quienes se toman fotografías junto a ella, regalando una mezcla de asombro y alegría. Para muchos, este muñeco de nieve no es solo una atracción —es un monumento a la capacidad humana de crear belleza en medio del frío más intenso, una invitación a celebrar la temporada con asombro y compartir momentos inolvidables bajo el cielo helado de Harbin.